La España sin Messi
La baja de Villa y el mal momento de Fernando Torres obligan a Del Bosque a plantearse una selección repleta de centrocampistas, al estilo del Barça, pero sin la estrella argentina

A Guardiola siempre se le consideró un cruyffista radical por su concepción contracultural del juego. A veces se olvida, sin embargo, que también es heredero del sentido común de Rexach. Las intenciones del dream team se escrutaban a partir del nombre del lateral derecho, que muy bien podía ser Ferrer, Eusebio o Goikoetxea, elección decisiva para entender el planteamiento de Cruyff. A Charly, por el contrario, no le obsesionaba el dibujo sino juntar en una formación a los mejores jugadores. El actual técnico del Barça se ha aplicado la receta y le ha salido un equipo que se despliega en los partidos más exigentes con solo tres zagueros y dos arietes falsos o mentirosos, una manera de decir que actúa sin un 9 clásico. No es una cuestión de números o de puestos sino de futbolistas.
Rexach: "Hay que poner siempre a los mejores y dejarse de sistemas"
Míchel: "Este es un país de centrocampistas; la clave no es estar, sino llegar"
Lillo: "El 'dream team' jugaba con delanteros profundos y sin arietes puros"
Clemente: "En mis tiempos, los nueves eran extranjeros y Julio Salinas, reserva"
No ha habido seguramente un mejor ariete para el Barça que Eto'o y, sin embargo, fue traspasado porque el radio de acción de Messi afectaba directamente la posición del camerunés, difícilmente reciclable como extremo. Los éxitos azulgrana obligan a preguntarse hasta qué punto condicionarán también a la trayectoria de la selección española, siempre permeable al estilo barcelonista, sin desmerecer para nada la aportación de los demás clubes, sobre todo del Madrid. A partir del impacto del Barça, La Roja se alejó de la furia, fielmente siempre representada por los centrales y los arietes, para abrazar un juego más sutil y delicado, el fútbol de seda propio de los centrocampistas, una especie genéticamente más propia de los españoles, nada que ver con la hombría alemana o fuerza inglesa.
Asumido el estilo, innegociable para cualquier seleccionador, se trata ahora de que evolucione en función de los efectivos y de las necesidades. El delicado momento de forma del Niño Torres, la lesión de Villa y las molestias de Llorente aumentan el protagonismo de jugadores como Negredo y obligan a preguntar por la necesidad de convocar o no a Soldado con vistas a la Eurocopa. A pesar de su condición de campeona del mundo y de Europa, el rendimiento de España ha levantado ciertas sospechas en los últimos amistosos, y revistas como France Football la sitúan por detrás de Italia, Holanda y Alemania, la selección líder, a pesar de que se inspira precisamente en el equipo de Del Bosque. Ninguno de los técnicos consultados entiende que haya motivos para preocuparse.
"España ya jugó prácticamente sin delantero centro en su debú en Sudáfrica", recuerda Michel. "Mucho se discutió sobre Silva y la necesidad de que Villa precisaba de un 9 para ser mejor futbolista, pero la selección ganó la Copa después de eliminar en semifinales a Alemania, con un gol de cabeza de Puyol a la salida de un córner, y a Holanda en la final con un remate de Iniesta. Tengo la sensación que los tantos de Villa fueron muy importantes como jugador de equipo más que como 9 y que el seleccionador se ha planteado tener que jugar sin delantero centro en determinados partidos". "No se trata de estar, sino de llegar", añade el extécnico del Getafe. "Aunque prefiero contar con extremos y con un 9, soy de los que pregunto: dime qué centrocampistas tienes y te diré cómo juegas. La evolución del fútbol es continua".
Michel, que fue el 8 por definición, reivindica el protagonismo de los medios, "porque son capaces de defender y de atacar" y de llenar el campo de forma racional. "Yo he visto a España muchas veces con cinco o seis centrocampistas y sin un punta nato. Nosotros somos un país de centrocampistas". Y remacha: "El hecho de que no hayan dado hasta ahora el Balón de Oro a Xavi sino a los delanteros no tiene por qué hacer replantearnos nuestro juego". No es casualidad que Luis Suárez haya sido el único español en ganar el trofeo. Ni tampoco que Luis Aragonés y Del Bosque, los últimos seleccionadores, fueran centrocampistas. Quién no recuerda a Fusté, Velázquez, Hierro, Zoco, Marcial, Solsona, Mauri, Maguregui, Puchades, Del Sol, Germán, Asensi... O la España del 64 que ganó la Eurocopa con Pereda de asistente. Del Bosque siempre ha dicho que quiso ser Busquets.
El Brasil de los setenta formó con cinco dieces en la delantera: Jairzinho, Gerson, Tostao, Pelé y Rivelino. "Y la mejor Hungría, la de 1954, jugaba sin un 9 porque Hidegkuti no era un delantero centro puro", rememora Juanma Lillo. "¿Y qué me dice del dream team de Cruyff? Jugaba con delanteros profundos como Stoichkov o Goikoetxea y sin arietes puros. No lo eran Laudrup ni Bakero. Había mucha gente por dentro. También Guardiola piensa como un centrocampista, que es lo que ha sido toda su vida. Mi sueño es jugar un día con diez centrocampistas". España alcanzó el éxito que se le negó a Hungría y a Holanda, dos de las selecciones más revolucionarias en su día, y hasta Brasil ha cogido el hilo: "Necesitamos dar con un Xavi", sentencia Pele, esclavo emocional de los mejores medios brasileños.
"No es un tema tan nuevo como parece", reflexiona Javier Clemente. "En mis tiempos de seleccionador, la mayoría de delanteros titulares de la Liga eran extranjeros. Julito Salinas no era precisamente indiscutible en las alineaciones de Cruyff. Quiero decir que Vicente del Bosque sabrá qué hacer. Me extrañaría que no convocara a ningún 9; otra cosa es como lo utilice. A veces se puede dar fuerza a un equipo a partir de la defensa y otras desde el centro campo". "No es fácil jugar como el Barça o aplicar su sistema a otros equipos o selecciones", afirmó Ramalho, el entrenador del Santos. "Si yo juego con un 3-7-0 como el Barcelona en Brasil me meten en la cárcel. Otra cosa es si España puede hacer lo mismo". Según los analistas, la trampa, o la duda, estaría en buscar el equivalente a Messi.
La Pulga es un jugador único, como en su día lo fue Di Stéfano, y a España se le negó la gloria con Don Alfredo. La cuestión es encontrar el equilibrio y no olvidarse del punto de partida. La Roja ganó la Eurocopa con un gol de Torres. "La clave está en poner a los mejores", repite Rexach, "y dejarse de números y de sistemas; hoy la selección cuenta con muy buenos centrocampistas. El fútbol lo piensan los medios".

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