Dramaturgos al ring

Simpática, lúdica y significativa propuesta teatral la que ofrece el festival Temporada Alta a partir del próximo lunes en la sala La Planeta de Girona: el Primer Torneo de Dramaturgia Catalana. Ocho escritores de teatro de diferentes generaciones se enfrentarán entre sí en modalidad de eliminatorias armados con obras escritas para la ocasión. Valgan para el lance los símiles de duelo tipo OK Corral o de combate pugilístico, que es la iconografía que han escogido los organizadores para publicitarlo. Suculentos premios - nunca mejor dicho-: lote de embutidos para los que pasen la primera ronda, cesto de bolets para los semifinalistas y cena en el Celler de Can Roca para los finalistas.

Los púgiles, buena parte de la flor y nata de la dramaturgia catalana, competirán en la primera ronda agrupados generacionalmente, es decir, uno de la generación más madura contra uno de la más joven (old gun vs. young gun, como diría Wyatt Earp). El primer combate, el lunes, enfrentará a Pere Riera con Josep Maria Benet i Jornet, nada menos; vamos, como que te toque de entrada Rocky Marciano. El siguiente lunes, día 10, Llàtzer Garcia se las verá con Pau Miró; el día 17, Cristina Clemente con Sergi Belbel, y el 24, Guillem Clua con Jordi Galceran. ¡Dramaturgos al ring, segundos fuera! Al acabar cada sesión, el público votará -sin saber en la primera ronda de quién se trata- mientras toma una copa de cava.

Los ganadores se enfrentarán en dos semifinales (los lunes 14 y 21 de noviembre) y la gran final será el 28 de noviembre. Las reglas: un texto de 45 minutos -los participantes han tenido tres meses para escribir el suyo, cada uno en su estilo-, sin acotaciones, para dos actores (con los que los autores se encontrarán el mismo día a fin de efectuar solo tres horas de ensayos). Y una sola condición temática: uno de los personajes ha de vivir el momento más importante de su vida. El torneo, coordinado por Jordi Casanovas, se presenta como un juego, pero el trasfondo es muy serio: el dream team de dramaturgos pone de relieve la insólita cantidad de autores de teatro que tiene el país y su talla.