Retorno al pasado

Dicen que el 3D se va desinflando en taquilla por el poco interés medio de sus películas. Cuando este invento intentó revolucionar el cine en la década de los cincuenta ocurrió otro tanto. El sistema era entonces más torpe técnicamente, pero el público quedó igualmente fascinado con las primeras entregas, para ir enfriándose poco a poco. Hoy privan los efectos especiales digitales, inexistentes entonces, pero a la postre es el interés de las películas lo que acaba primando, nadie quiere aceptar gato por liebre.

En Hollywood -aunque no solo allí- se rebusca en viejas fórmulas de éxito para atraer espectadores, y es llamativa la frenética recuperación de héroes del cine o del cómic que vive ahora la gran pantalla. Algunos de ellos son ideológicamente inocuos, como los chavales de Super 8, que se remiten a Los Goonies, incluso a ET. Probablemente ocurrirá otro tanto con Las aventuras de Tintín o la española Capitán Trueno, de próximo estreno, aunque ambos cómics destilaran particular ideología en su época, en términos que hoy quizá resultarían inocentes. Pero la recién estrenada Capitán América, otro cómic recuperado, reivindica al patriota superhombre capaz de salvar a su país de los nazis más atroces. "Has estado dormido más de 70 años", le dicen al nuevo capitán. Parece ser que Estados Unidos le necesitaba para combatir a sus enemigos actuales mientras él tontamente seguía durmiendo. Ahora, recuperado fuerte y sano, podrá eliminar por fin a cuantos las autoridades consideren coyunturalmente oportunos. Está volviendo el viejo cine de la guerra fría... Fueron nazis, luego rusos, ahora serán árabes o asiáticos. Comienza una nueva saga. Aviados estamos.

Aun siendo estas películas dirigidas a público adolescente, no dejan de ensombrecer las más modestas estrenadas en los alrededores del verano, El hombre de al lado, Gianni y sus mujeres, Una mujer en África, Blackthorn, Beginners, La prima cosa bella... Sin efectos digitales, en simple 2D, sin tendenciosa propaganda política, pero que a la chita callando nos van alegrando la vida. Ojalá fueran más.