El Parlament acoge la capilla ardiente de Barrera

La sede del Parlament de Cataluña acoge hoy los restos mortales de Heribert Barrera. El histórico militante de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) fue el primer presidente de la institución tras la restauración de la democracia, cargo que ocupó de 1980 a 1984. Barrera falleció el sábado en Barcelona a los 94 años por una embolia.

La capilla ardiente del presidente de ERC entre 1991 y 1995 permanecerá abierta al público desde las diez de la mañana hasta las dos del mediodía. A las cuatro de la tarde se celebrará el acto de despedida, según informó la Cámara catalana en un comunicado.

La clase política catalana, salvo Iniciativa, alabó ayer a Barrera. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, puso al político y científico -Barrera era químico- como ejemplo para los jóvenes por su "patriotismo y coherencia en sus ideales", como persona que dedicó su vida a Cataluña con "coraje y compromiso total". Mas no presidirá la capilla ardiente de Barrera al cancelar todos sus actos previstos para hoy tras el fallecimiento de su hermana.

La actual presidenta del Parlament, Núria de Gispert, se refirió a su antecesor como "un político en mayúsculas, de aquellos que sentían la política desde el servicio a la ciudadanía y a su país".

El expresidente de la Generalitat Jordi Pujol (CiU), que accedió al cargo tras recibir el apoyo de Barrera en 1980, resaltó su patriotismo, así como su calidad moral, por lo que "merece el agradecimiento y el recuerdo entrañable del pueblo" catalán. Su hijo y secretario general adjunto de Convergència i Unió (CiU), Oriol Pujol, resaltó que siempre puso los intereses de Cataluña por encima de los suyos y los de su partido.

Críticas de ICV

Joaquim Nadal, presidente del grupo parlamentario socialista, elogió "su lealtad a las convicciones republicanas" y el actual presidente de Esquerra, Joan Puigcercós, resaltó que su antecesor representa "a una generación que vivió el franquismo y el exilio, que sabía que entonces su opción era minoritaria, pero que era consciente de que ahora es una de las únicas propuestas de futuro que le queda a Cataluña".

Iniciativa per Catalunya- Verds (ICV) fue el único partido que reprochó a Barrera que en 1980, "en lugar de apostar por reconocer la mayoría de izquierdas que existía en el Parlament, diera la presidencia de la Generalitat a Jordi Pujol, abriendo una larga etapa de Gobiernos de CiU".