La insumisión de Webber

Mark Webber fue contundente tanto en la carrera como después en la sala de conferencias. "No estoy de acuerdo, e ignoré lo que me estaban diciendo por la radio desde el equipo", explotó cuando se le preguntó sobre las órdenes que le dieron en la parte final de la carrera para que no atacara a Vettel y se mantuviera en su posición. Entonces, el australiano era más rápido que Vettel y se le acercaba peligrosamente, hasta que le alcanzó en la última vuelta y le disputó la segunda posición. "Por descontado ignoré lo que oía porque quería ganar otra posición. Si Alonso hubiera tenido un problema, Vettel y yo nos habríamos disputado la victoria", agregó Webber.

Hace un año, en el mismo circuito de Silverstone, Webber abrió la polémica cuando ganó la carrera y dijo: "No está mal para un número dos". El equipo le había retirado un alerón delantero nuevo en la clasificación para dárselo a Vettel. Después, a lo largo de todo el campeonato, el equipo se negó a apoyar a Webber a pesar de que era líder y se estaba jugando el título. Ni siquiera en la última carrera, a la que llegó con más opciones que Vettel en lucha contra Alonso, el equipo dio órdenes al alemán. Webber perdió el título. Lo ganó Vettel.

Ahora las órdenes de equipo están autorizadas. Y Red Bull parece haber cambiado de criterio. No quieren que Webber le arrebate ni un solo punto a su compañero si no es indispensable, para preservar las opciones de Vettel, que le lleva 80 puntos de ventaja a Webber y 92 a Alonso. "Si tienes dos coches consolidados en la segunda y la tercera posición sin nadie que te moleste, desde el punto de vista del equipo no tiene sentido luchar y cometer alguna estupidez", indicó Vettel para justificar la postura de Horner. "Mark era más rápido e intentó pasarme. Pero pude mantener mi posición", concluyó el líder del Mundial.

Horner, director de Red Bull, terció en la polémica: "Los pilotos no están por encima del equipo. No podíamos arriesgarnos a que sufrieran un accidente y perdiéramos un montón de puntos".