El empresario Ortiz se aseguraba un padrino político antes de optar a las adjudicaciones

El principal investigado en el caso Brugal, el promotor Enrique Ortiz, tenía muy clara la forma de conseguir las adjudicaciones de los contratos públicos. Todo pasaba por tener asegurado políticamente a priori que su oferta sería la más valorada. Así queda de manifiesto en un proyecto de obras en Madrid que se incluye en el sumario de la investigación policial como pieza separada de la tramitación del Plan General de de Alicante.

Según un informe policial sobre la construcción de un aparcamiento subterráneo de la calle Serrano de Madrid por un importe de 110 millones de euros, Ortiz habría puesto como condición para presentarse que "o tenemos garantía de que nos lo van a dar o no vamos".

La conversación con un empleado suyo, grabada al promotor el 15 de mayo de 2008, muestra la manera de proceder del promotor. "Hay que ver qué compromiso político de si nos lo van a dar; si no, no perdemos el tiempo. Que te diga Juan Amírola [presidente de una escuela de negocios de Alicante] quién es su padrino". Según el informe policial, el interlocutor de Ortiz contestó que "el padrino sería un concejal de dicho municipio (...) a través de un antiguo director general de la mercantil Cespa en Madrid". Las diligencias no identifican al supuesto padrino.

Aún así, siguió insistiendo en saber si su presentación al concurso tendría éxito. "Pregúntale a Amírola qué porcentaje de éxito hay, pero si no tenemos un 75% u 80% [de posibilidad] de éxito, no me gasto dinero".

La policía asegura que la misma persona le expuso a Ortiz que para intentar obtener la contrata deberían ir en UTE con la mercantil Vinci, tras lo que el empresario le instó a "revisar bien el pliego de condiciones y, si resulta interesante, hablar con Juan Amírola para conocer sus contactos".

Posteriormente, el mismo empleado habló con su jefe para comentarle que las tres empresas que iban finalmente a formalizar la UTE (Vinci Park España, Obrascon y Sacyr) solo le ofrecían a Cívica, la mercantil de Ortiz, una participación en la explotación del aparcamiento, pero no en su construcción, oferta que rechazó el promotor.