Selectividad... y quinielas

Un año más, las quinielas no se cumplieron. Un texto del escritor Antonio Muñoz Molina publicado en el suplemento literario Babelia frustró las previsiones de los alumnos que esperaban un texto del último premio Nobel, el peruano Mario Vargas Llosa, en la prueba de Lengua y Literatura que ayer inauguró la primera de las tres jornadas de exámenes de selectividad en Madrid.

La inquietud y las dudas de última hora predominaban en las escaleras de la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense de la capital, donde se examinan algunos de los 28.000 madrileños que se enfrentan a la prueba de este año. Los nervios se fueron relajando a medida que pasaba la mañana. "Tenía miedo porque ayer [en referencia al domingo] me puse a repasar y no me acordaba de nada, pero la verdad es que ha ido bastante bien", explicaba Sonia González a la salida de la prueba de lengua. Otros, como Irene Muñoz, se servían de amuletos para incrementar su confianza: "Es un hipopótamo morado que me regaló mi novio. Lo voy a llevar a todos los exámenes".

Se esperaba un texto de Vargas Llosa en Lengua, pero fue de Muñoz Molina

Las opciones en Historia de la Filosofía combinaron a un veterano de la selectividad y a un novato. Casi todos los estudiantes prefirieron a un viejo conocido -un fragmento del Fedón de Platón- frente al Tractatus Logico Philosophicus del filósofo contemporáneo Ludwig Wittgenstein, que ayer se estrenó en la prueba.

A la salida de Historia, los alumnos comentaban irritados que había un error en el examen. Las fechas de la pregunta relativa a Isabel II correspondían a las de la regencia, mientras que el enunciado les pedía que hablaran sobre el "reinado efectivo" de la monarca, lo que desorientó a los estudiantes. José Luis Escudero, profesor de Geografía e Historia en el colegio Sagrado Corazón de la capital, restaba importancia al fallo y comentaba que "no es la primera vez que ocurre". El docente, que intercambiaba impresiones con sus alumnos a las puertas del aula, recomienda no dejarse nada sin estudiar, desconfiar de los rumores sobre lo que va a caer o no y presentarse a las materias específicas para subir la nota media.

Este año, por segunda vez, la prueba de acceso a la Universidad consta de dos partes. Una general y obligatoria y otra específica y voluntaria que no baja la nota, solo la sube. De ahí que la máxima puntuación sea un 14 y que algunos de los grados establezcan una nota de corte superior al 10 como Veterinaria o Enfermería. La mayoría de los alumnos afirmaban ayer que iban a presentarse a estas pruebas optativas para mejorar sus puntuaciones. Hasta los que necesitan un aprobado raso señalan que se examinarán de las materias específicas "para asegurarse".

Ingeniería de Caminos, Periodismo, Ciencias de la Actividad Física y del Deporte... son algunas de las carreras elegidas por los estudiantes, que reconocen que las salidas profesionales son una de las motivaciones importantes a tener en cuenta a la hora de escoger titulación.

Al final de la jornada, Irene Muñoz sale del examen con mala cara. "No hay derecho", le dice a una de sus compañeras, y responde "No, me ha ido fatal" cuando le preguntan si el hipopótamo le ha dado suerte. Hoy continúan las pruebas. Esta vez Irene dejará el amuleto en casa, a ver si prescindiendo de talismanes tiene más suerte.