La reina y Bravo Murillo

La plana mayor del Gobierno de la época, comandada por Bravo Murillo junto a la Reina Isabel II, inauguró el tramo de vías que une Madrid y Aranjuez el 9 de febrero de 1851. Era el segundo ferrocarril que se creaba en España, tres años después del que unía las localidades de Barcelona y Mataró. La línea madrileña contaba con un total 49 kilómetros de vía. Más de un siglo más tarde, en 1984, el Ayuntamiento de Aranjuez recuperó gran parte del trazado para poner en marcha un tren turístico que recuperara las viejas tradiciones, aquellos días en que los agricultores mandaban con destino a la capital las fresas que cultivaban en las huertas ribereñas. Así nació el Tren de la Fresa, cuyo futuro está ahora en el aire debido a las pérdidas que genera, a pesar de la gran aceptación que tiene entre el público.

El antiguo tren partía de la estación de Delicias con sus coches construidos en los años veinte. En los primeros tiempos fue remolcado por una locomotora de vapor. Los amantes del ferrocarril consideran que el Tren de la Fresa es el decano de este tipo de trenes en España, y que además cumple la función de poner en valor este singular patrimonio histórico. La máquina está compuesta por los coches modelo Costa de madera, construidos entre los años 1914 y 1930. Una joya entre raíles que lucha por no desaparecer.