Buenos aires viva

Con crisis o sin ella, los argentinos no tiran la toalla. La semana pasada hubo en Buenos Aires tal cantidad de manifestaciones cinematográficas que no había posibilidad para el descanso. De un lado, el seminario Imágenes compartidas organizado por el centro cultural de la Embajada española, que reunió a especialistas de ambos lados del charco para comentar durante tres días las similitudes, diferencias, acercamientos y distancias entre las cinematografías argentina y española, y en verdad que fue interesante el encuentro. Por otro lado, se celebraba una muestra de cine europeo programada por el actual director del Festival de Cannes, y el gran mercado Ventana Sur, que por segundo año ha reunido a compradores de todo el mundo en busca de cine iberoamericano. Si las películas hispanas tienen poco hueco en los mercados internacionales, este de Argentina les concede todo el protagonismo, y a lo que se ve con mucho éxito. Lo que los compradores no pueden ver en otro lugar, por aquello del árbol y el bosque, aquí lo encuentran bien servido.

Ciudad curiosa Buenos Aires. Mientras se han cerrado muchas de las salas que la habían convertido en una suerte de meca del cine, surgen manifestaciones cinematográficas de distinto cuño que suscitan la curiosidad y el interés del público más joven. Hasta hace años también el cine español formaba parte de los grandes acontecimientos porteños, sin embargo se ha ido quedando poco a poco en casi nada, comparado con lo que fue. Lástima que esté tan lejos Buenos Aires, una ciudad que bulle también alrededor de librerías, de teatros, y de estas ocasiones esporádicas en que el cine tiene el papel protagonista. De las similitudes y diferencias entre nuestros dos países que salieron a colación en el congreso, creo que en cuanto a vitalidad llevamos las de perder. Es que esta es la vieja Europa.