Bruselas cierra la puerta a un pacto antes de ir al Tribunal de Luxemburgo
La Comisión tiene un gran enfado por la actitud dilatoria de las Diputaciones

El conflicto que mantienen las Haciendas vascas con la Comisión Europea por las vacaciones fiscales, las ayudas a empresas declaradas ilegales en 2006, camina irremisiblemente hacia el Tribunal de Luxemburgo. No existe ya una posibilidad de arreglo previo con Bruselas. La vía negociadora no tiene recorrido. La Comisión ha resuelto parar en seco el intento de las instituciones vascas (el Gobierno y las tres Diputaciones) de alcanzar un acuerdo entre las partes para evitar la actuación de las autoridades comunitarias ante el Tribunal de Justicia europea, según ha podido saber EL PAÍS.
Las Diputaciones se enfrentan a una propuesta de sanción diaria (formalmente al Reino de España) que suma ya 38 millones de euros por haber incumplido una sentencia del mismo tribunal europeo que en 2006 les obligó a recuperar las ayudas ilegales otorgadas a centenares de empresas en la década de los años noventa.
Las Diputaciones estudiarán mañana el caso con la Abogacía del Estado
Fracasan los últimos contactos con la UE para una solución amistosa
La CE solo aceptaría un arreglo una vez iniciada la actuación judicial
Los discretos contactos con la Dirección de la Competencia que se han mantenido en las últimas fechas, una vez que se hizo pública la multa millonaria que Bruselas quiere imponer, no han tenido resultado. Por primera vez en mucho tiempo, las instituciones vascas decidieron llevar adelante este intento de acercamiento que ponía fin a la estrategia de enfrentamiento que habían ido siguiendo en todo este proceso. La Diputación guipuzcoana y después el Gobierno han sido los principales valedores de este último intento por zanjar la disputa sin llegar a los tribunales.
Las conversaciones, que pretendían sondear la voluntad de Bruselas de resolver amistosamente este asunto, no han dado su fruto y la Comisión ha comunicado a los representantes vascos que su decisión de presentar la denuncia es firme.
Las autoridades comunitarias, que ya han encargado a sus servicios jurídicos la preparación de la demanda, también han dejado muy claro que solo contemplan la posibilidad de reconducir el conflicto cuando ya se haya iniciado la acción judicial. En Bruselas existe una sensación de "mucho enfado", aseguran las mismas fuentes, con el comportamiento renuente que han seguido los entes forales. La táctica dilatoria ha sido una constante desde el origen del caso, cuando a la UE se le negó en 1999 información sobre los incentivos que las Haciendas vascas estaban aplicando a las empresas entre 1994 y 1997. Esta maniobra de dar largas se ha mantenido pese a los insistentes ruegos por parte de Bruselas para que recuperar la totalidad de los incentivos declarados ilegales, tal y como solicitó la Comisión en julio de 2001 y exigió el Tribunal de Luxemburgo en su sentencia de 2006. En un último intento por resolver el asunto, la Comisión llegó a entregar en marzo de este año a las instituciones vascas un non paper (lo que en terminología diplomática se conoce como una comunicación no oficial) que contenía consejos y pistas sobre lo que aquellas debían hacer para reembolsar todas las ayudas y evitar la multa.
Al entender que las Diputaciones seguían sin ejecutar las decisiones comunitarias, y que aún están pendientes de recuperar el 90% de las ayudas otorgadas ilegalmente, la Comisión optó a finales de noviembre pasado por abrir la vía punitiva. Anunció su decisión de llevar a España ante el Tribunal de Justicia europea para que los jueces impongan una sanción consistente en el pago de 25.817,40 euros diarios por cada jornada transcurrida desde la sentencia del 14 de diciembre de 2006 y hasta que el mismo tribunal se vuelva a pronunciar, probablemente dentro de dos años.

Dos furgonetas con 75 cajas de expedientes
A las Haciendas vascas solo les queda ponerse manos a la obra y acelerar la recuperación del 100% de los incentivos ilegales que concedieron a unas 300 empresas. Es la única forma que contempla la Comisión Europea (CE) para evitar que los 38 millones de euros de multa que quiere aplicar vayan a más. La propuesta de sanción especifica además que, si cuando se produzca la nueva resolución del Tribunal de Luxemburgo siguen sin haberse recuperado las ayudas, se le sancione a España con 236.044,80 euros al día.
Ha tenido que mediar esta drástica decisión comunitaria para que las instituciones vascas hayan visto las orejas al lobo y constatado que la Comisión no va a dar su brazo a torcer. La sanción pretende servir de "incentivo", dice textualmente este organismo, para asegurar la devolución de las cantidades concedidas irregularmente en Euskadi.
La CE se ha mantenido firme en su exigencia de hacer cumplir la resolución judicial de 2006, sin caer en la trampa de las Haciendas vascas, empeñadas en alargar al máximo el proceso con el pretexto reiterado mil veces de que ya habían "hecho los deberes".
En lugar de hacer frente a la realidad, las Diputaciones han hecho caso omiso a las advertencias de la Comisión. En julio de 2007 abrió un procedimiento de infracción contra España y en junio de 2008 adoptó un dictamen motivado avisando de que estaba dispuesta a ir de nuevo a los tribunales. Este organismo comunicó en repetidas ocasiones -por escrito y en reuniones oficiales- a las instituciones forales que la información que enviaban sobre la identidad de las empresas beneficiadas y las cuantías satisfechas era "insuficiente".
Pero a finales de 2009 cambiaron las tornas. En noviembre de ese año, las Diputaciones comprobaron que las amenazas de Bruselas iban en serio y podían sustanciarse en una denuncia ante el tribunal de Luxemburgo. Las Haciendas comenzaron a recopilar toda la información del caso y en junio de este año cursaron una remesa de cartas aportando datos para justificar el cumplimiento de la sentencia de 2006. Fuentes forales aseguran que la Diputación de Álava necesitó una furgoneta para cargar las 39 cajas con expedientes que envió a Bruselas; el vehículo de la Diputación vizcaína transportó 36 cajas.
El intento fue valdío, puesto que la Comisión se ha mantenido inflexible en su posición hasta ejecutar ahora su plan coercitivo (una multa ejemplarizante) por considerar que aún faltan por recobrar una buena parte (el 90%) de los aproximadamente 700 millones de euros que se concedieron en ayudas ilegales.
Así las cosas, las Diputaciones tienen mañana una cita en Madrid con la Abogacía del Estado para ver en qué situación se encuentra cada una y fijar una estrategia común durante el proceso judicial que se iniciará cuando la CE presente la demanda.
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