Navarrés despide a María José

Con un día de retraso, a causa de un error en la identificación de su cadáver, Navarrés pudo despedir a María José Such, la voluntaria de 30 años fallecida la pasada semana en Perú, en un accidente de tráfico en las cercanías de Cuzco en el que se dejaron la vida otras tres cooperantes.

El funeral, previsto inicialmente para el domingo, no pudo celebrarse al llegar en el ataúd de la valenciana los restos de una cooperante madrileña, Lidia Monjas. Subsanado con celeridad por parte de la policía judicial el doloroso error, que hizo más amargo el trago, ayer se celebró el multitudinario entierro en esta población, de algo más de 3.000 habitantes, cuyos vecinos despidieron en medio de una profunda conmoción el cuerpo de María José.

También acudieron numerosos vecinos de Xàtiva, localidad natal del marido de la cooperante, Alan Santonja, de 34 años, herido de gravedad en el mismo accidente. A pesar de la severidad de sus heridas, fractura astillada en la base del cráneo, Alan se recupera favorablemente. Ya ha sido subido a planta. Los otros dos heridos setabenses, Sergio Serra y Silvia Albert, continúan su recuperación de forma positiva.

Fue la única noticia reconfortante en una jornada de profundo pesar. Decenas de coronas, de las numerosas asociaciones y colectivos en los que María José participaba, abrían el séquito. El féretro fue trasladado a hombros desde la casa paterna hasta la puerta del Ayuntamiento, donde una representante municipal leyó un pequeño pero emotivo texto recordando "el espíritu de lucha" de una persona "extraordinaria", "cálida" y con un "enorme corazón". "Adoraba a los niños y luchaba porque en cualquier parte del mundo tuvieran un futuro más digno", se recordó, en alusión a sus muchas actividades de voluntariado. La banda municipal acompañó el féretro con una marcha fúnebre hasta la abarrotada iglesia en medio de numerosas muestras de dolor e incomprensión por la muerte de María José, por las circunstancias del accidente y, fundamentalmente, por el error que ha prolongado innecesariamente el duelo de la familia.