Haiku teatral

Es esperanzador que un actor de la talla de Alberto Jiménez, reclamado por los mejores directores de teatro, cine y televisión, saque tiempo y dinero para un montaje casi doméstico que pasea por salas alternativas (los miércoles en Cuarta Pared). Pero no se trata de algo menor, sino pequeño. Nació en el 2002 como Nada es casual; devino en Nada es casual Dos y ahora se llama Cuerpo de mayor revisitado. Todo hace pensar que es la catarsis personal, dolorosa, lúdica y liberadora del propio actor, que ha convertido también en una auténtica catarsis para el espectador, que asiste a algo que intuye es más que una mera representación: logra reír, acongojarse, liberarse en esta especie de sesión psicoanalítica visual y creativa. Un milagro este haiku teatral, por revitalizador, renovador y bien hecho. Con actores de primerísimo nivel, incluido el padre de Alberto Jiménez (que se supone que no es actor), junto a otros que quieren que pensemos que son parte del público.