El grito más rompedor del arte español resuena en Bruselas
A 10 días del cierre de El Greco 1900 -toda una sensación en Bruselas (la muestra ha recibido alrededor de 90.000 visitas)- una nueva hornada de artistas españoles, estos contemporáneos, toma el Bozar de la ciudad. El espacio es más pequeño y tiene algo de laberinto agobiante. Con él, Fernando Castro Flórez, comisario, pretende establecer el vínculo con El ángel exterminador, que dio título a una obra maestra de Buñuel y también a la exposición, que forma parte del programa de actos culturales del semestre de la presidencia española de la UE.
Son 28 hombres y mujeres, con edades comprendidas entre 34 y 60 años, "que han pensado sobre el cómo vivir juntos", dice Castro, que quiso reencarnar en el montaje de la exposición la idea de confinamiento, angustia, conflicto, ruptura y violencia del filme de hace casi medio siglo.
Los Nóbile y sus invitados en la película reciben al visitante gracias a un dibujo sobre muro y acuarela de Enrique Marty que orna la puerta de acceso, un marty que con su tremendismo de marca remacha el shock sobre el desprevenido espectador con dos figuras humanas deformes instaladas al otro lado del umbral.
La angostura del espacio, la inmediatez de las obras, la disposición en corredor del circuito de la visita convierten al público en parte de la exposición. El abanico de sensaciones creadas puede ir desde la angustia a la reflexión o al desconcierto. "Se trata de mostrar a artistas españoles con un trabajo sólido ya realizado que buscan un lugar en el mundo", explica el comisario. "Queremos que el público de fuera de España sepa que existe este tipo de artista".
La nómina de invitados es larga como lo es la de técnicas empleadas, desde el óleo de Abraham Lacalle, nacido en 1962, el año de El ángel exterminador a las fotos de Concha Pérez o Jacobo Castellano, la irónica instalación de vídeo de Mateo Maté o las instalaciones de Txomin Badiola o Belén Urial.

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