Vicente Haro, actor cómico

La prolija -y prolífica- trayectoria de Vicente Haro no cabría en esta página, y mucho menos las muestras de cariño que ayer provocó la noticia de su muerte, a los 80 años, en Madrid. Actor todoterreno, al que pudimos ver en televisión, cine, teatro y cuya peculiar voz -cascada, profunda- le abrió las puertas de la industria del doblaje, Haro ha sido uno de esos "secundarios de oro del cine español", un intérprete que recibió el homenaje por su carrera en el festival de cine de comedia de Peñíscola en 2006, galardón bautizado como Pepe Isbert. En la ciudad castellonense, Haro habló sobre las complicaciones de interpretar papeles de comedia frente al "verso y el teatro" y contó una docena de anécdotas, resultado de miles de trabajos.

Porque Vicente Haro, que nació en Madrid en 1930, reconocía que lo mejor de su vida lo había dedicado a la interpretación. Haro debutó como galán joven de la compañía teatral de Ernesto Vilches. En el teatro Infanta Isabel interpretó obras policiacas como La ratonera o Testigo de cargo. Tras varias temporadas en el teatro Lara, pasó al María Guerrero y allí formó parte del elenco de clásicos como Los verdes campos del edén o Eloísa está debajo de un almendro.

Más tarde, con Javier Escrivá y Ana María Vidal (su pareja esos años, con ella tuvo a su hijo Vicente, actual productor) forma su propia compañía teatral. Es difícil encontrar alguna obra en la que Haro no haya actuado.

En el arranque de la televisión, Haro participó en los montajes de las novelas y Estudio 1 de Televisión Española. Cuando la pequeña pantalla se convirtió en un contenedor de series, el actor encontró su hueco en Colegio mayor, Farmacia de guardia, Pepa y Pepe, Médico de familia, Al salir de clase o Robles investigador.

En el cine debutó en un título mítico, Botón de ancla, en la versión musical que en 1961 realizó el Dúo Dinámico. Desde entonces, trabajó en Vampiresas 1930, Relaciones casi públicas, El anacoreta, Orquesta Club Virginia, Tierra, El tiempo de la felicidad, Pepe Guindo, Manolito Gafotas: mola ser jefe, 20 centímetros, Clara y Elena o Bienvenido a casa.

Vicente Haro era padre del actor Enrique San Francisco, fruto de su relación con Enriqueta Cobo. Con él colaboró en innumerables ocasiones en los últimos años, como en el teatro en la obra Francamente... la vida según san Francisco o en el programa radiofónico No somos nadie, de M-80, que dirigía Pablo Motos, y en el que Haro llegó a tener sección fija: El último samurai ibérico.

Compañero de generación de Agustín González, Fernando Guillén, Jesús Puente o Juanjo Menéndez, Vicente Haro era un experto de la comedia, género que le echará de menos.