La apuesta ciega
Casi tres años han transcurrido desde la publicación de Mundar (2007), el anterior libro de Juan Gelman. Si en él prevalecía el componente colectivo, la mirada al mundo desde una subjetividad abierta, solidaria, en De atrásalante en su porfía, su último poemario, la mirada actúa a la inversa. Se trata de indagar en lo íntimo, en lo oscuro y claro a la vez, desde una perspectiva marcada por la conciencia colectiva, algo, por otro lado, consustancial a su poesía desde su ya remoto Cólera buey (1964). Viaja a las raíces para, a su través, tantear presente y futuro. En esa búsqueda, el poeta interroga al propio poema, araña en la soledad, recobra fragmentos de infancia y juventud, piensa en la muerte, en la tortura, se acerca al laberinto de la sexualidad, evoca amistades, vive ausencias (el poeta Ángel González, el padre muerto). El texto poético intenta, así, dar respuesta a un imposible en términos de realidad: atrapar el instante en movimiento, concentrar en él la relación dialéctica entre lo vivido y lo por vivir. El resultado sería así la "apuesta ciega" (el atrásalante): "El hilo tendido entre / lo que fue y lo que será es una / apuesta ciega". Para esa indagación, siempre en el límite, Gelman astilla el lenguaje, lo lleva al borde de lo inteligible (aunque sin quebrar su racionalidad, sin cegar su transparencia), lo reinventa y le da nuevo sentido, depura el verso buscando una esencialidad que tiene algo de metafísico, que no deja de contemplarse en nuestra tradición mística y que, a la vez, reivindica la emoción ("Quien se siente molesto / por la palabra corazón debiera / consultar a un cardiólogo"). Como ya es tradición en Gelman, en determinados momentos los sustantivos se hacen verbos (amujerar, cinturonear), surgen neologismos imprevistos (miedar, talveces, bienmal...) para nombrar lo imaginado y el poema se convierte en un espacio de desasosiego, de incertidumbre, de roturas de lo real que, paradójicamente, proyectan luz sobre sus zonas menos visibles. Gelman es un poeta exigente que se la juega en cada nuevo libro. De atrásalante en su porfía no es una excepción. Y del reto sale indemne mostrando su talento, su originalidad, su voluntad de quiebra del idioma convencional y usado, su desafío a un mundo hecho contra la verdad, la vida y la memoria.
De atrásalante en su porfía Juan Gelmán
Juan Gelman
Visor. Madrid, 2009
185 páginas. 20 euros
La apuesta ciega

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