Los sindicatos de maestros sacan a 20.000 personas a la calle en Barcelona

"Maragall, más recursos y menos decreto de autonomía"; Maragall, no revuelvas el gallinero"; "no a este calendario escolar". Con eslóganes como éstos, la cuarta huelga en tres años de los sindicatos de profesores contra la política educativa de la Generalitat sacó ayer a miles de personas a la calle.

Según el Departamento de Educación, secundaron el paro el 20,9% de los docentes. La huelga fue más seguida en las escuelas (30,6% de docentes) que en los institutos (10,4%), según el departamento. Educación recalcó que sus cifras salen de las notificaciones de los propios centros, ya que a quienes secundaron se les descontará el día de ayer de su salario. Para los sindicatos, en cambio, el seguimiento fue del 60%.

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A tenor de estos datos, esta huelga ha sido la tercera en incidencia de las cuatro realizadas. La mayor fue la primera, el 14 de febrero de 2008, con un 50,5% de seguimiento; la del 19 de marzo de 2009 la apoyó el 41,5%, y en la del 13 de noviembre de 2008 pararon el 17,1% de los profesores.

Según el cálculo de EL PAÍS, en la marcha de Barcelona participaron en torno a 20.000 personas: teniendo en cuenta que los manifestantes ocuparon 11.350 metros cuadrados, si considera una ocupación de 1,5 personas por metro cuadrado, el total fueron 17.000; si ésta se fija en dos personas por metro cuadrado, la cifra asciende a 22.600. Según la Guardia Urbana, participaron 12.000 personas; según los sindicatos convocantes, 50.000.

El consejero de Educación, Ernest Maragall, dijo que la huelga es "absolutamente injustificada" y que la participación de los sindicatos en la convocatoria confirma que "la vía de la confrontación está agotada". En la inauguración del Salón de la Enseñanza, Maragall instó a los sindicatos a volver a la mesa de negociación, de la que se levantaron hace unas semana, para "trabajar juntos en el desarrollo de la Ley de Educación". "El país no se merece este clima de confrontación, y la educación de Cataluña, aún menos", añadió Maragall.