Un quizás que era imposible

El acuerdo por la convergencia educativa nació encorsetado por la LEA. La Ley de Educación de Andalucía -el gran marco que fija el desarrollo del sistema en la comunidad- se aprobó hace algo más de dos años, con lo que los parlamentarios que han estado trabajando en los últimos meses en la comisión tenían poco margen de acción. Pero cerraron un documento con 131 medidas para luchar contra el fracaso escolar. Las propuestas las aportaron los tres grupos: PSOE, PP e IU.

El PP votó en contra de la LEA en 2007. Pero se abstuvo en la votación final del informe sobre convergencia, celebrada el mes de diciembre pasado. El PSOE y la consejera de Educación, Mar Moreno, lo consideraron un "paso constructivo".

Pero del quizás "constructivo" se pasó ayer al imposible con el voto en contra del PP en el Parlamento andaluz al dictamen final.

Sebastián Pérez, responsable del PP andaluz en asuntos educativos, había reconocido en diciembre, durante la última sesión del grupo de trabajo del Parlamento, que el informe suponía "un paso importante". IU y PP valoraron entonces el preámbulo del dictamen, en el que se exponían con crudeza las debilidades del sistema educativo.

Pero, a partir de enero, el PP empezó a exponer públicamente los puntos que consideraba irrenunciables para sumarse al pacto andaluz. Y, en la mayoría de los casos, el PSOE dijo que no podía asumirlos. Un ejemplo es la erradicación de las aulas prefabricadas durante esta legislatura que quieren los populares. Los socialistas lo consideran imposible porque, según defienden, las aulas prefabricadas se emplean cuando hay obras en los centros. El PP también ha pedido que se reconozca al profesorado como autoridad pública. Sin embargo, el PSOE sostiene que este asunto es competencia del Gobierno central y el documento es sólo de ámbito regional. Otro de los puntos de desencuentro es la financiación. Los populares reclaman que las políticas educativas supongan el 7% del PIB regional. Y los socialistas prefieren el gasto por alumno como indicador y no ponen porcentaje sobre la mesa.