Más empresas, más presupuesto

La sombra de ETA se extiende sobre los 172 kilómetros que completarán el trazado ferroviario de la Y vasca. En el comunicado que la banda hizo público en enero de este mismo año, a la vez que reivindicaba el asesinato del constructor Inaxio Uria, confirmaba su amenaza a "los ingenieros, técnicos superiores, responsables o dirigentes de empresas que participan en las obras".

Sin embargo, la macabra advertencia terrorista no ha echado atrás a las firmas constructoras. Cuando han tenido oportunidad de involucrarse con el proyecto, éstas han dado el paso adelante. En plena crisis edificatoria, las empresas vascas y las grandes constructoras nacionales se han volcado con las obras del AVE. Para construir el tramo Amorebieta-Lemoa se presentaron 31 compañías y para el de Beasain Este, 39 firmas, un número de aspirantes superior al que se había registrado en las licitaciones realizadas antes de la muerte del industrial guipuzcoano.

Los gobiernos central y vasco tuvieron que preparar un plan especial para blindar la ejecución de las obras extremando las medidas de seguridad. Al dispositivo que existía a pie de obra se añadió, tras el asesinato de Uria, un amplio despliegue de seguridad privada para dar protección a todos los directivos y responsables de los trabajos.

En uno de sus primeros actos públicos tras resultar elegido lehendakari, Patxi López quiso destacar el "valor cívico, el compromiso y la profesionalidad" de todos los trabajadores y empresarios que intervienen en la ejecución del trazado ferroviario. En una visita a las obras en las cercanías de Vitoria, López y el ministro de Fomento, José Blanco, reafirmaron el carácter "prioritario" del proyecto y se comprometieron a dar "un impulso adicional" a las obras. El Ejecutivo central ha consignado para la Y vasca una partida de 218 millones de euros en los Presupuestos del Estado de 2010. El autonómico, por su parte, destinará en ese ejercicio 225 millones para continuar con los trabajos en el tramo guipuzcoano.