Comportamiento institucional

Dentro del actual contexto político y de funcionamiento de las instituciones, creo que es de justicia felicitar a Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón y al resto de miembros de la Comisión Permanente del Consejo de Estado por su informe sobre el proyecto de ley del aborto.

Es notorio que varios de ellos son católicos y hemos de suponer que, al menos algunos, contrarios a la práctica del aborto. Sin embargo, han sabido mantener un comportamiento institucional y, por tanto, asumir que no se les estaba pidiendo su opinión personal sobre el asunto, sino que, como miembros de una de las más importantes instituciones del Estado, lo que se esperaba de ellos es que estudiaran el encaje del proyecto de ley en la Constitución y el ordenamiento jurídico español. Algunos altos órganos judiciales deberían aplicarse la lección. Y, en general, sería conveniente que los políticos y los jueces tuvieran presente la reflexión que se hace en ese informe: "Nada es más contrario a un Estado de derecho que el divorcio radical entre las normas y su aplicación".