"No hemos logrado rescatar sus restos, pero sí sus nombres"

Fue Marisol González, de 73 años, la única hija viva de los cinco fusilados cuyos restos se buscaban en una fosa en Villanueva de la Vera (Cáceres) quien tomó la difícil decisión de paralizar la búsqueda. El equipo de expertos, dirigido por un arqueólogo canadiense, que el pasado jueves comenzó a buscar la fosa quiso que fuera ella quien decidiera parar cuando estuviera preparada. Hace unos días le explicaron la imposibilidad de encontrarles. Marisol les pidió un último esfuerzo, pero finalmente, se convenció de que su padre ya no estaba allí. Esta vez no ha habido suerte.

La frustración ha sido también muy grande para Lucio Garca, un investigador que ha dedicado "toda la vida" a tratar de averiguar el paradero de aquellos cinco hombres, entre ellos, el padre de Marisol, Pedro, y Anastasio Arroyo, alcalde de Talaveruela por el Frente Popular, al que Pedro solía acompañar a los mítines cantando flamenco.

El estado del terreno, y los 73 años que han pasado, han hecho imposible localizar la fosa. "No hemos conseguido rescatar sus restos, pero sí sus nombres", aseguró Lucio. "Hemos podido homenajearles, arrojando una rosa a cada uno y leyéndoles versos de Miguel Hernández".