China ya incentiva el segundo hijo
Shanghai ofrece ayudas a los ciudadanos para combatir el envejecimiento
Shanghai ha decidido atacar de frente los problemas que planteará en el futuro el rápido envejecimiento de su población. El Gobierno municipal ha lanzado una campaña para animar a las parejas en las que ambos sean hijos únicos a que tengan dos hijos, con objeto de aumentar la población activa y aliviar la carga para las arcas públicas y las familias.
Que este tipo de parejas puedan tener dos niños no es nuevo, pero sí es la primera vez en décadas que las autoridades fomentan de forma activa que los matrimonios tengan más descendencia. Responsables del servicio de planificación familiar y voluntarios van ir casa por casa y entregar octavillas en la capital económica y financiera de China para animar a los padres. El Gobierno municipal ha asegurado que proporcionará asesoramiento emocional y ayuda financiera.
"Recomendamos que las parejas que reúnan los requisitos tengan dos hijos porque puede ayudar a reducir la proporción de gente mayor y aliviar la falta de fuerza laboral en el futuro", ha afirmado Xie Lingli, director de la Comisión de Población y Planificación Familiar de Shanghai.
El 21,6% (casi tres millones de personas) de los habitantes de la ciudad más poblada de China tiene 60 años o más, una proporción que para 2020 se estima que llegará al 34%. Las cifras están calculadas respecto a los 13,7 millones de residentes permanentes registrados, aunque la población real ronda los 20 millones de almas.
"El número creciente de gente mayor someterá a gran presión a las generaciones más jóvenes y a la sociedad. Necesitamos encontrar maneras de resolver el problema", ha dicho Xie, según recogía ayer
el diario oficial China Daily. El funcionario, sin embargo, ha insistido en que esto no significa que haya sido cancelada la política de hijo único.
La prohibición de tener más de un hijo fue impuesta hace tres décadas para controlar el explosivo crecimiento de población y asegurar un aumento más rápido del nivel de vida. Las autoridades chinas dicen que ha evitado 400 millones de nacimientos; China tiene actualmente más de 1.300 millones de habitantes. Pero sus críticos aseguran que ha conducido a esterilizaciones y abortos forzados y ha provocado un peligroso desequilibrio de género, ya que muchas mujeres abortan cuando están embarazadas de una niña. Hay numerosas excepciones a la normativa; otras familias sortean las prohibiciones. Las minorías étnicas pueden tener dos o más hijos; los campesinos, dos si el primero es niña, y las parejas en las que ambos miembros no tienen hermanos pueden tener un segundo hijo.
Quienes incumplen la política oficial son multados y las mujeres, en algunos casos, obligadas a abortar. Muchos matrimonios evitan la ley enviando a las embarazadas a vivir con sus familiares en otras ciudades hasta que dan a luz o poniendo el hijo a nombre de un pariente.
La mayoría de los integrantes de las parejas que se casan en Shanghai no tiene hermanos, según la Comisión de Planificación, que afirma que el número de matrimonios que podrían acogerse a la nueva normativa ha pasado de 4.600 en 2005 a 7.300 el año pasado.
La decisión de la municipalidad de Shanghai, una de las más ricas del país, revela el serio problema que supone el envejecimiento de la población en China. Por un lado, por la falta de un sistema universal de seguridad social y jubilación, y, por otro, porque el encogimiento del tamaño de las familias ha eliminado el apoyo tradicional para las personas mayores.
En 2050, China tendrá 438 millones de mayores de 60 años y 100 millones a partir de 80 años, según un informe del Centro Estratégico de Estudios Internacionales de EE UU. El país asiático tendrá 1,6 adultos en edad laboral para financiar a cada persona de 60 o más años, comparado con 7,7 en 1975. Sin una red de seguridad social o el apoyo familiar, millones de mayores podrían caer en la pobreza.
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