El antropólogo cultural

Dice David Oubiña en El arte del cartógrafo, un texto perteneciente a Jean Eustache. Un fulgor arcaico (Buenos Aires, 2009), que en Eustache el cine emerge como una tarea de antropología cultural. Algunas, muchas, de sus películas, como la conocida Le maman et la putain, pueden considerarse "un estudio etnológico sobre ciertos sectores de la comunidad parisina de después del 68". Es uno de los motivos por los que La Filmoteca dedica un ciclo al cineasta francés Jean Eustache, máximo representante de la denominada segunda nouvelle vague surgida alrededor de Mayo del 68. Eustache aprendió de la nouvelle vague. Bebió de ésta. Y se erigió como un director emblemático de los setenta. Si bien, no solo define el estilo de una época a través de sus películas, sino que "su obra depende hasta tal punto de un determinado contexto cultural y político, que solo existe por y para él". Los setenta y el parisitismo febril de Eustache son el resultado de su obra. El IVAC proyectará hoy Le cochon (El cerdo; Francia, 1970) y Une sale histoire (Una sucia historia; Francia, 1977), ambas en versión original con subtítulos en castellano. En la primera, Eustache y Jean-Michel Barjon, codirector, registran una matanza y descuartizamiento de un cerdo y el proceso por el que el animal muerto se convierte en diferentes productos alimenticios. Es un documental realizado desde el respeto y que muestra generosidad hacia los granjeros del mazizo central, que lo protagonizan. Une sale histoire muestra el secreto erótico de un voyeur. El filme está dividido en dos partes: ficción y documental, y ambas cuentan la misma historia.