Cuando llueve barro en Madrid

¿Cómo es posible que en pleno mes de mayo llueva barro en Madrid? Decenas de ciudadanos se han tenido que acercar a los centros de lavado para limpiar sus automóviles y muchas viviendas lucen cristales teñidos de rojo anaranjado por la tierra que arrastraban las últimas tormentas que cayeron el viernes y el sábado pasados. El fenómeno tiene explicación: la borrasca que descargó sobre la Comunidad arrastraba polvo procedente del desierto, que cayó sobre la región con el agua de las nubes.

Utilizando el lenguaje que manejan los meteorólogos, en los últimos días la inestabilidad atmosférica aumentó en el interior de la Península. Esto dio lugar a que predominaran las bajas presiones relativas, que según fue avanzando la semana se hicieron más acusadas, al reforzarse debido a la presencia de aire relativamente frío en altura.

Esto provocó un aumento de las tormentas, que se tradujo en aguaceros irregulares. A todo ello se le unió la entrada de aire en altura, procedente del sur-sureste, que llevaba en suspensión polvo del desierto.

Hasta ahí la jerga técnica. La consecuencia práctica que han tenido que sufrir los madrileños es que las precipitaciones han venido teñidas de rojo, es decir, se ha producido el efecto de "lluvia de barro".

Esta situación desaparecerá en los próximos días, ya que las altas presiones dominarán la atmósfera y volverá el buen tiempo.

Las tormentas no sólo llegaron cargadas de tierra. Las que se produjeron el viernes estuvieron cargadas, además, de gran aparato eléctrico. La Agencia Estatal de Meteorología llegó a registrar hasta 133 rayos en el cielo de Madrid. Y las precipitaciones también fueron abundantes. El observatorio del Retiro registró más de 19 litros de agua por metro cuadrado, mientras que en la Ciudad Universitaria se redujo a unos 14 litros. Eso se tradujo en trabajo para los bomberos de la Comunidad y del Ayuntamiento de Madrid, que tuvieron que hacer más de 160 salidas durante la madrugada del sábado por caídas de árboles y revoques de fachadas.