La educación en Castilla-La Mancha

Soy castellano-manchego, y no sólo entiendo sino que apoyo y aplaudo a mi presidente, al presidente Barreda. Entiendo, y comparto, que defienda y apoye con hechos la educación, y sobre todo la pública. No en vano, Castilla-La Mancha es la comunidad autónoma con el mayor porcentaje de alumnado escolarizado en la escuela pública, el 86% frente al 14% de la de titularidad privada.

Entiendo, y comparto, que siga apostando y aportando recursos públicos para que ninguna familia de mi región tenga que comprar los libros de texto si sus hijos están en una etapa educativa que la Constitución dice que debe ser gratuita. Aquí sí son gratis.

Entiendo, y comparto, que mi presidente se haya comprometido a dedicar a la educación unos recursos económicos no inferiores al 6% del PIB regional antes de que finalice la presente legislatura. Castilla-La Mancha será, también en esto, la primera.

Entiendo por qué el Gobierno de Barreda destina hoy a la educación no universitaria más del doble de dinero público del que recibía hace tan sólo nueve años. Y lo comparto, porque la educación es la base de la igualdad y la mejor inversión.

Y entiendo que a un trabajador (en este caso, de la enseñanza) su empresa le facilite las herramientas necesarias para realizar bien su trabajo. ¿Alguien duda de que un ordenador personal es un instrumento imprescindible para desempeñar con más solvencia el trabajo de profesor?

Por eso no entiendo ni comparto que se pueda menospreciar injustamente, sin argumentos, un proyecto inteligente y una realidad en marcha. El proyecto de Barreda, que es sin duda el mío y el de la mayoría de mis conciudadanos.