Análisis de números rojos y risas con los espías

Con la deuda a cuestas y los espías en el trasfondo, en el pleno del Ayuntamiento de Madrid de ayer quedaron claras dos cosas: que el déficit municipal de 2008 alcanzó los 1.200 millones de euros -cosa que ya se sabía- y que la trama de espionaje es un filón para relajar el ambiente.

Los dos grupos de la oposición habían pedido la comparecencia del concejal de Hacienda, Juan Bravo, para que informara sobre la situación financiera de la ciudad. "Los datos no irán alejados de lo que anticipé en diciembre", empezó. Esto es, que el Ayuntamiento cerró el año con un déficit de 1.200 millones. A la pregunta de a qué se deben estos nuevos números rojos (ya se arrastraba en 2007 una deuda de 6.496 millones), Bravo respondió: "Única y exclusivamente a la crisis económica, no a la mala gestión". Ahora confía en que el ministerio autorice a cubrirlo con más deuda. David Lucas, portavoz del grupo socialista, tras recordar el déficit de los tres últimos ejercicios (debido en gran medida al soterramiento de la M-30), espetó: "Deje de escudarse en la crisis. Este ayuntamiento tiene un problema estructural. Controlen el gasto, sean austeros".

La trama de espionaje que acosa a la política madrileña sobrevoló el pleno con alusiones. Tocaba hablar de la rehabilitación de varias zonas históricas (Salesas y Conde Duque entre ellas), un asunto en el que interviene la Comunidad. "Una Administración que no les quita ojo (...) y que además es-pía... y devota, no creemos que no conteste a sus peticiones", alegó el concejal de IU Ángel Pérez, entre risas generalizadas. Se preguntó si, en este caso, lograrán ponerse de acuerdo las dos Administraciones.