El trauma como espectáculo

Javier perdió a sus dos hijos, a su nieto y a su nuera en el accidente de Spanair del pasado 20 de agosto en Madrid. Está destrozado y el martes pasado fue a superar su duelo a una terapia psicológica en televisión. Se llama La caja y es un formato de Telecinco que ha hecho de los traumas un espectáculo. Su estreno en el late-night reunió una media de 1.358.000 espectadores (23% de cuota de pantalla).

El plató es un cubo formado por cuatro pantallas gigantes con una silla donde el paciente se sienta a mirar sus miedos de cerca. "En algunos casos equivale a tres meses de terapia convencional", dice la web del programa. "Consiste en una sesión de unos 50 minutos durante la cual se estimula al paciente con imágenes y olores evocadores... a través de ellos, los afectados se enfrentan a los impactos emocionales que han marcado sus vidas", comenta Laura Rosell, una de las seis psicólogas del equipo profesional de La caja.

"La televisión tiene un fuerte efecto placebo", dice un psicólogo clínico

Para ello utilizan técnicas como la Gestalt, el conductismo o el psicoanálisis. "Pero no son concursantes", aclara Rosell. "Ni se les paga ni pagan nada por ir. Lo que se llevan es el resultado de la sesión. Eso sí, no atendemos a esquizofrénicos porque podría ser contraproducente".

Javier se despidió de sus hijos. Les dijo todo lo que se le había quedado en el tintero, para poder pasar página. Lloró, se desahogó, vio imágenes de aquellos días nefastos en que él mismo hablaba con la prensa.

Estefanía acudió al programa para superar su fobia a las cucarachas. Está encantada y ha conseguido pronunciar el nombre de ese insecto sin llorar, cosa que no hacía antes de entrar al programa. "Ayer, al verlo por la tele me pareció mucho menos dramático. El impacto de estar dentro es impresionante, como si el mundo se acabara en esas cuatro lonas".

Pero, ¿es la televisión el lugar más adecuado para sobrepasar los bloqueos mentales? Enrique García Huete, psicólogo clínico que ha participado en realities como Gran Hermano, afirma: "No es el mejor foro porque hay otros más terapéuticos, pero también es cierto que la televisión tiene un fuerte efecto placebo y dar ese paso puede suponer para ellos el comienzo de un nuevo camino".

Héctor González Ordi, otro psicólogo clínico, cree que lo mejor de estos espacios es que muchas personas pueden ver que sus problemas tienen solución, son positivos desde el punto de vista divulgativo. "Sin embargo, no puede ser igual que una terapia formal de tres semanas, eso en una consulta es un trabajo mucho más profundo y el paciente es tratado al menos una vez a la semana, un tiempo imposible para un programa de televisión".