Feria con resaca

Aunque el salón del automóvil más importante de Norteamérica es el de Detroit, sede de los tres gigantes -General Motors, Ford y Chrysler-, la muestra de Los Ángeles (del 19 al 30 de noviembre) lleva años ganando prestigio, sobre todo como escaparate de los nuevos modelos y prototipos más ecológicos. Y es que el Estado de California, obligado por la elevada contaminación de Los Ángeles, una ciudad con más de 20 millones de habitantes sin apenas metro ni transporte público, ha marcado desde hace tiempo la pauta en los límites de emisiones de los coches, y el resto de Estados Unidos e incluso Europa, hasta muy hace poco, han actuado a remolque.

Este año, la muestra refleja la profunda crisis del sector, y en particular la de los tres grandes, que siguen concentrando sus estrenos en turismos y todoterrenos enormes que devoran el combustible, como el Ford F150, líder entre los grandes pick-up (camionetas con caja de carga separada). Basta un vistazo a sus stands, repletos de vehículos vetustos con motores y tecnologías superadas, para comprender por qué llevan años perdiendo ventas en su propia casa.

Su decadencia contrasta con la vitalidad de las marcas europeas y orientales presentes, que proponen modelos más modernos, compactos y frugales en el consumo. VW-Audi, BMW y Mercedes mantienen su cruzada para popularizar los turbodiésel limpios con filtros especiales, su solución para reducir las emisiones. Pero empiezan a apostar por los híbridos, como llevan haciendo Toyota y Honda desde hace años, y anuncian sus primeras versiones para 2009 (Audi Q7, BMW X6 y mercedes Clase S Hybrid). Los japoneses insisten también, y Toyota presenta el nuevo Lexus RX 450h, ahora con 292 CV, 25 más, y un motor eléctrico más potente. Además, Infiniti estrena el G37 Cabrio, un descapotable exquisito, Nissan 370 Z, un superdeportivo, y Mazda el 3 Sedan, una berlina compacta y económica. Todos llegarán a Europa en verano.