La ONU confirma que el centro sirio atacado era una planta nuclear

El complejo sirio bombardeado por Israel en septiembre de 2007 tenía las características de una planta secreta para albergar un reactor nuclear, según un informe del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA). Inspectores de esta agencia de la ONU visitaron el lugar en junio pasado y encontraron en la zona "significativas cantidades" de uranio, lo que podría indicar que Siria estaba elaborando un programa nuclear secreto.

Mohamed el Baradei, director general del OIEA, entregó ayer el informe del que se desprende la sospecha de la actuación siria a la Junta de Gobernadores, que deberá analizarlo. Según un comunicado del organismo, el uranio hallado entre los escombros del edificio de Al Kibarra no era "de procedencia natural sino tratado por procesos químicos".

El documento indica que basándose en imágenes tomadas por satélite, "las características de dicha instalación y sus conexiones con el sistema de bombeo de agua son similares a las que se pueden encontrar en una instalación con reactores".

Israel y EE UU sostienen que los sirios pretendían poner en marcha un reactor atómico sin declararlo como exige el Tratado de No Proliferación (TNP) de armas nucleares, que podría servir para fines bélicos. Por el contrario, Siria argumenta que el edificio destruido por Israel era una instalación militar en desuso. Según el ministro de Exteriores sirio, Walid Mualem, las partículas de uranio descubiertas durante la inspección provienen de los proyectiles israelíes.

Si hasta el momento no ha sido posible esclarecer por completo qué función ejercía el edificio derribado en territorio sirio y cuál es el origen del uranio, ha sido por causa de la falta de cooperación del Gobierno sirio, que no ha permitido a los inspectores analizar los escombros y los restos del equipamiento, los cuales fueron retirados del lugar. El OIEA solicita por tanto a Damasco una mayor cooperación y transparencia para disipar las sospechas.