La realidad deformada

Con sólo 25 años, el argentino Carlos Huffman ya expuso en Valencia en 2006. Fue en una exposición colectiva de la Galería Luis Adelantado, descubridora de este talento bonaerense que trabaja sobre referentes de la vida cotidiana, como revistas de coches y motos, para modificar la realidad hasta el punto de deformarla con fines artísticos y políticos. Ahora, Huffman vuelve a Valencia, por primera vez en una muestra en solitario, con Lejanoextremoultracentro 2, una serie de obras en las que vuelve a incidir en el tratamiento de la fotografía modificada con pintura, a modo de instalaciones gráficas, pero que culmina con una gran obra de contenido exclusivamente pictórico. Deudor intelectual de los trabajos de Paul McCarthy y Marcelo Pombo, del surrealismo de Mike Kelley, Huffman trabaja sobre la realidad cotidiana y su representación visual, aquella en la que el ketchup es sangre pero sale de un bote de ketchup, como ha manifestado en alguna ocasión. Sus obras transmiten una extraña sensación de inquietud, difícil de calibrar, que va desde los iconos del cyberpunk hasta los clásicos contemporáneos del cine fantástico y de terror, desde los videojuegos de última generación hasta las representaciones más presumiblemente reales del gore en todo su esplendor.