Oteiza, más allá de lo sagrado

La obra y el pensamiento de Jorge Oteiza, quien ayer hubiese cumplido cien años, acabaron trenzados en la primera jornada del primer congreso internacional dedicado al genial y polifacético artista vasco, fallecido en 2003. Más de 150 asistentes, críticos de arte, catedráticos e investigadores participan en este evento organizado por la fundación que lleva su nombre y gestiona el museo ubicado en Alzuza (Navarra).

Oteiza y la crisis de la modernidad es el título elegido para estas jornadas que se desarrollarán en el Museo de Navarra hasta el próximo viernes (www.museooteiza.org/congreso).

El primero de los ponentes, Vincenzo Vitiello, profesor de Filosofía y de Teología Política en las universidades de Salerno y Milan, situó ayer el itinerario artístico de Oteiza como "continuidad" del pensamiento de Heidegger o la obra de Kandinsky y Lucio Fontana. En el artista vasco, explicó, permanece constante el "sentido de lo religioso", aunque matizó: "La religión de Oteiza es religión de lo sagrado, no de lo divino". Esa religión que une "cielo y tierra, espíritu y materia", como se aprecia "en las creaciones arcaicas de su primera fase". Por eso, "las figuras apenas esbozadas de Oteiza recuerdan a las construcciones megalíticas". "Lo sagrado nunca abandonó a Oteiza", afirmó.

El escultor José Luis Moraza, quien analizó el periodo entre 1947 y 1958, en el que Oteiza realiza la parte más intensa y copiosa de su obra escultórica, sostuvo que el artista guipuzcoano "no entendía la crisis como negatividad, sino como momento decisivo de discernimiento y decisión, es decir, crisis como condición de criterio".

En la última de las intervenciones, titulada Oteiza y la metafísica del origen, Félix Duque, catedrático de Historia de la Filosofía Moderna en la Universidad Autónoma de Madrid, consideró a Oteiza como "el hacedor de vaciamientos, la persona que se deja ir para dejar de ser. Y tal vez por eso, acabó al margen, marginado. Por eso fue un ser noble".

Hoy están previstas las intervenciones de Amador Vega, profesor de Filosofía de la Religión y de Estética en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona; Friedhelm Mennekes, director de la Kunst Satation de Colonia; Peio Aguirre, crítico de arte y comisario de exposiciones, y Soledad Álvarez, catedrática de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo.