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Una conexión artificial del cerebro al músculo vence la parálisis en monos

Una sola neurona de la zona correcta del cerebro es capaz de activar los músculos de las extremidades paralizadas por lesiones de médula espinal. Eso sí, hay que hacer un puente, una conexión artificial, entre esa neurona del córtex y el área afectada para evitar la interrupción de la comunicación natural. Lo han logrado en un experimento con monos tres científicos estadounidenses, abriendo así nuevas esperanzas a las personas que sufren parálisis. De momento, aprecian una clara tensión de los músculos antes inertes de un brazo paralizado del animal, pero están seguros de que es un paso en la dirección correcta para lograr que el cerebro controle movimientos complicados por un puente así.

"Es la primera demostración de que unas conexiones directas artificiales entre las células corticales y los músculos pueden compensar las rutas fisiológicas interrumpidas y restablecer el control deliberado de movimientos en extremidades paralizadas", afirman hoy Chet T. Moritz y sus colegas en la revista Nature. La estrategia puede servir también para diseñar y aplicar prótesis más eficaces y mejor controladas.

Se han hecho experimentos precedentes en los que se aprovecha la actividad de neuronas del cerebro implicadas en los movimientos para controlar el cursor de un ordenador o incluso artilugios robóticos. También se logra activar músculos paralizados mediante estimulación eléctrica. Ellos han explotado en los macacos lo mejor de ambos enfoques haciendo que las neuronas controlen directamente los músculos -del antebrazo y la muñeca- a través de ese puente, un dispositivo de interface hombre-máquina.

El efecto no es inmediato, pero los monos logran ese control con 10 minutos de entrenamiento. Los ensayos se han realizado con decenas de neuronas individuales y funciona en casi todas.

"Futuros avances en esta estrategia de control directo puede conducir al desarrollo de dispositivos implantables que podrían ayudar a restablecer los movimientos deliberados en individuos que sufren parálisis", concluyen los investigadores.

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