Operación Risto

Terminó la Operación Triunfo 2008. La ganó Virginia, que ha vivido un martirio de nominaciones para ser despedida y la antipatía de varios compañeros que no aplaudieron su triunfo. ¿Podrá disfrutar esta victoria mucho tiempo? Pocos concursantes sobreviven con éxito a la frágil fama que les presta OT. En plena gala, Risto citó una larga lista de olvidados. Ganó la patrocinada con cariño por Risto ("has cambiado mi vida"), el protagonista del día, criticando la "vulgaridad y envidia" de la edición y abandonando antes de hora, sin despedirse. Su web anticipaba con un malicioso juego de palabras el "final de Operación Risto".
El personaje de Risto está en los patrones internacionales del programa. El guión exige un miembro del jurado insultón, innecesariamente duro, pero que cumpla el áspero deber del tradicional buen padre: quien bien te quiere te hará llorar. Claro que a veces se exceden en el papel. La alemana RTL pagará 100.000 euros de multa por las humillaciones que su risto infringía.
El problema para los cantantes es el protagonismo alcanzado por las escenas del jurado que los oscurece, ayudados por el descuido en los oropeles que debería aparentar su academia, a cuyo director le adjudican una cuota excesiva de payasadas y lo han tenido pluriempleado como jurado de otro programa de la casa en el que, de nuevo, el jurado hace su propio show.
OT no cultiva la holgazanería que reina en Gran Hermano. No hay cámaras en los dormitorios y tiene un presentador que maneja con cariño al personal, aunque le perjudica la publicidad embebida que debe administrar. Jesús Vázquez se alineó finalmente con los enemigos de Risto. Soltó un impropio "que te den", tras el último desplante de Risto, desmedido en la aplicación de una fórmula pero que servía al programa para sobreponerse a los desmayos artísticos. Un Risto que gustaba a la productora, que lo ha paseado por otros programas de su factoría. En realidad, ¿cómo terminó OT? Pues con su indebida estrella largándose. Como anunciaba su web: el final de la Operación Risto. ¿De veras?
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