CDC enmascara su soberanismo en el derecho a decidir

Es conocido el gradualismo de las propuestas nacionalistas de Convergència Democràtica, pero en este congreso se dará un paso más en la senda soberanista. El derecho a decidir que Artur Mas limitaba a materias tangibles, como las infraestructuras o el sistema de financiación, quedará superado. La ponencia sobre la refundación del catalanismo apunta que este derecho tiene que aplicarse "progresivamente sin más límites que la propia evolución democrática". Es decir, que los convergentes no se ponen techo.

A última hora de la noche la ponencia que coordina el diputado Francesc Homs buscaba una fórmula que definiera el objetivo nacional de CDC y que contentase al grueso de la militancia. La ecuación se despejará hoy, cuando se vote en comisión, pero todo apunta a un baile de conceptos entre la "nación plena" -propugnada por CDC en anteriores cónclaves-, el derecho a la autodeterminación y la consecución de un Estado propio. Si hasta ahora CDC buscaba los argumentos que sustentaran su soberanismo en una interpretación amable de la Constitución, ahora se aboga solamente por ejercer un derecho democrático.

Pero la mayoría del partido no está por la radicalización y menos sus dirigentes, que basculan entre el nacionalismo moderado y el independentismo. Prueba de ello fue el rotundo rechazo que cosechó una enmienda a la totalidad contra la ponencia política que defendía el independentismo sin ambages. La enmienda tuvo 225 votos en contra y 25 a favor. La dirección tuvo que emplearse para conseguir tumbarla y fue el propio Mas quien pidió a los delegados un voto de confianza hacia su proyecto de Casa Grande del Catalanismo. El líder convergente apuntó que su apuesta es como un tren con distintos vagones en el que pueden subirse gente dispar. Pero alertó de que si la estación de llegada es demasiado lejana, en relación a la independencia, no todos los catalanistas estarían dispuestos a sumarse.