Una solución a medio gas

Ha sido duro, pero lo han conseguido. Juan y su hija Rocío, empapados de sudor, han alcanzado la cumbre de la ciudad de Alicante. Desde las alturas del castillo de Santa Bárbara, esta familia manchega resopla al relatar su subida a la cima: "Hemos tardado una media hora larga", apuntan. Cansados, se sorprenden al descubrir que el ascensor, que se puso en funcionamiento ayer por primera vez desde el mes de septiembre, sí que podía haberles ahorrado la subida a pie. "A primera hora, no funcionaba", defiende el padre de Rocío, "hemos recorrido el túnel de acceso al ascensor hasta el final, y allí no había nadie, ni nada", añade. Durante más de quince minutos, la familia estuvo esperando en las inmediaciones del ascensor, junto a dos parejas inglesas, que "se marcharon, como nosotros, en busca de una alternativa", apostilla Juan.

La mayoría de los turistas utilizaron otros medios para llegar al castillo

Esto ocurrió el día de inauguración del ascensor del castillo de Santa Bárbara, que se estropeó en abril de 2007, y aunque en septiembre de ese año se arregló, volvió a estropearse a los pocos días, hasta el día de ayer.

Otros turistas también optaron por un camino diferente para acceder a uno de los principales puntos turísticos de la capital. En coche o a pie. Del microbús, que según el Ayuntamiento está en continua ruta, nadie dijo nada. Y del ascensor, eran pocos los que tuvieron el privilegio de saber de su funcionamiento.

Los trabajadores de apoyo del ascensor comentaron que la afluencia media había sido de 120 personas. Fuentes cercanas al proceso explicaron que tan sólo ha sido renovado el cableado y el motor de uno de los dos ascensores. El otro, con 45 años de antigüedad, no se ha tocado y, sólo se utilizará en caso de emergencia, pese a que la afluencia turística que se espera para verano sea de hasta 1000 personas al día, y el ascensor utilizable tenga una capacidad de 11 turistas.