500 funcionarios protestan en contra de los "chiringuitos" del bipartito

Estaban en el mismo frente, pero por causas distintas. Todos gritaban como si las paredes de la Xunta oyeran. Todos apelaban a Touriño armados con banderolas y pancartas. Las manifestaciones también se hacen la competencia, aunque ayer hubo un claro ganador. Los "non mais privatizacions e chiringuitos" que gritaban cerca de 500 personas derrotaron a las 34 que, muy pendientes de sus contrincantes y compañeros en el campo de batalla, repetían una y otra vez que la piscifactoría de Merexo "ni se vende ni se expropia".

Los "chiringuitos" de la Administración fueron el blanco de los trabajadores y delegados sindicales que ayer rodearon los Edificios Administrativos de la Xunta. Convocados por CC OO, CIG, UGT y CSIF, los funcionarios alertaron de la "opacidad" establecida por la Xunta con su "política de privatización" tras una pancarta que reclamaba la "defensa da función pública".

Las empresas de "la administración paralela", creada por el Gobierno de Fraga, no han disminuido con el bipartito, como prometieron sus dirigentes cuando llegaron al poder en 2005, sino que han aumentado en 13 -Seaga o Ingacal, por ejemplo-, según los sindicatos. "La red de chiringuitos implica condiciones laborales precarias [algunos empleados cobran poco más de 700 euros al mes por nueve horas de trabajo al día] y cuesta a la Xunta 1.060 millones de euros, casi lo mismo que los 70.000 funcionarios de la Administración Pública", denuncia el representante de UGT, José Francisco Núñez.

Además de considerar "inaceptable" que el Gobierno no elimine "la administración paralela" y "cumpla sus promesas" -como la de cerrar la Fundación Galicia Europa, recuerdaManuel Gallardo, de la CIG-, los sindicatos critican también "la venta a trozos de servicios públicos" como vigilancia, saneamiento ganadero, mantenimiento o custodia y manejo de documentación sensible.

El presidente del Ejecutivo gallego, Emilio Pérez Touriño, mostró su desacuerdo con los trabajadores de la Administración Pública y aseguró que la Xunta está "defendiendo la sanidad, la enseñanza y los servicios sociales". Pero los sindicatos no se conforman con palabras. Piden al Gobierno que concrete un calendario para "revertir los chiringuitos en la estructura ordinaria de la Xunta" y regular el acceso a estas empresas desde "la transparencia, la participación y el control sindical". Francisco Núñez añadió que los más de 200 entes y organismos de la "administración paralela" que hay ahora en Galicia "esquivan el control" tanto de los sindicatos como de otros organismos, como el Consello de Contas. "Y encima dan peores servicios", puntualizó el representante de la CIG, Manuel Gallardo.

Los sindicatos reclaman que la Administración aplique el convenio de la Xunta al personal de los "chiringuitos" y que defina "qué servicios públicos deben ser prestados única y exclusivamente por el Gobierno Gallego". El presidente de la Xunta respondió después del Consello de ayer que está trabajando para que "los instrumentos de gestión, como los de la lucha contra los incendios, queden cubiertos siempre por mecanismos estables que garanticen el mérito y la concurrencia".

Los dos grupos de manifestantes que coincidieron ayer delante de la Xunta pidieron a Touriño que les escuchara y negociara con ellos. El presidente, sin embargo, sólo tuvo palabras, aunque no muy convincentes, para los funcionarios, la marcha ganadora: "Hay un diálogo abierto y es importante respetar los cauces".