Límites minimalistas

La exposición Borderline (línea divisoria) ha seleccionado entre los abundantes fondos de arte minimalista y postminimalista de las colecciones Guggenheim una serie de obras en las que la línea es parte fundamental de la pieza y sirve para marcar la frontera con el espacio circundante.

Borderline, abierta ayer al público, reúne nueve obras -ocho pinturas y una escultura- firmadas por los artistas norteamericanos Carl André (Massachusetts, 1935), Robert Mangold (Nueva York, 1937), Agnes Martin (Macklin, Canadá, 1912-Taos, Nuevo México, 2004), Robert Nyman (Nashville, 1930) y Richard Serra (San Francisco, 1939). Son artistas que a partir de los años 60 del siglo XX se sumaron al lenguaje reduccionista y a las formas geométricas del minimal art, y a la apertura posterior hacia el análisis de la materialidad de los objetos y las condiciones en las que fueron creados.

André es el autor de la única escultura presente en la muestra. Sucesión de latón 249 (1969) está formada por una hilera de planchas de metal colocadas directamente sobre el suelo. Es un ejemplo del uso de los materiales de producción industrial, sin intervención posterior.

Tres pinturas, realizadas a principios de los años 70, muestran las formas geometricas e irregulares de la obra de Mangold. De Martin se ha elegido Piedra Blanca (1965), una de sus pinturas monocromáticas en la que casi se desvanecen las cuadriculas dibujadas a lápiz y se confunden con la pared.

Borderline presenta tres de las características pinturas blancas de Ryman. En su caso fueron las técnicas tradicionales de la pintura le permitieron experimentar con las distintas variantes del color blanco.

La exposición dedicada al valor de la línea entre los minimalistas representa a Serra a través de la obra Zadikians (1974), compuesta por dos paneles pintados de negro intenso. Montados sobre la pared sin marco, los paneles descubren el interés de Serra por el equilibrio y la naturaleza física de los materiales.