Crónica de una defenestración

Si alguien quiere saber por qué y cómo Pasqual Maragall renunció, contra su deseo, a presentarse a la reelección como presidente de la Generalitat, puede hallar una detallada respuesta en el libro de Jordi Mercader, Mil dies amb PM. Crònica viscuda de la presidència de Pasqual Maragall, del que es autor Jordi Mercader, que fue director de Comunicación de la Generalitat en aquella etapa. Ayer fue presentado en público, con asistencia del propio Maragall.

En esta crónica, que ha editado La Magrana, se cuentan muchas más cosas, por supuesto. La idea de que la renuncia de Maragall respondía a un deseo del líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, y fue también planteada por el PSC, puede encontrarse ya en la prensa de aquel momento, verano de 2006. Lo que no se había publicado es el desarrollo de las reuniones y deliberaciones de Maragall con sus colaboradores acerca de si tomar o no la decisión, que Mercader describe. Tampoco se había explicado que el ejecutor fue el vicesecretario general del PSC, Miquel Iceta, acompañado por Manuela de Madre, aunque era de suponer.

Más allá de estos y otros detalles, el propio Mercader soltó ayer dos frases para definir aquella etapa política, que ilustran sobre el sentido de la obra. Una fue ésta: "Maragall pretendía hacernos volar alto, pero no pudo ser". La otra, la que sigue: "Las ideas y la ilusión perdieron la batalla frente al pragmatismo y el cálculo electoral". Más claro, el agua.

Así fue que la muy numerosa audiencia de maragallistas -y algún curioso de CiU, como el par de Mercader en el último Gobierno de Jordi Pujol, David Madí, por ejemplo- que asistía al acto pudo comprender, antes de leer la obra, que en ella se relata, entre otras cosas, la defenestración de su líder.

El protagonista, Maragall, también tomó la palabra. Fue para precisar que la obra es la crónica de Mercader; es decir, una de las varias posibles. Luego añadió: "ahora toca pensar en proyectos a la medida de Europa". En la presentación intervinieron también los periodistas Jordi Juan y Arturo San Agustín. Este último hizo un elogio de Mercader como periodista y le describió como "un tipo inteligente, astuto e hiperbólico", dijo de él: "siempre ha estado tras los cortinajes" y afirmó: "muchos creen que es un tipo peligroso, y realmente lo es".