Gallardón o el fuera de campo

Fuera de campo (en cine): "Aquello que aunque no está presente el campo visual opera en la mente del espectador otorgándole sentido a lo que se ve". Así, los que no acompañaron la noche del domingo a Mariano Rajoy en el balcón de la calle de Génova son los que dan sentido a la secuencia de la narración que viene después del "adiós" que pronunció el candidato del PP. El discurso de los ausentes es el que configura las muecas de los que aparecen en la imagen.

Uno de ellos, Alberto Ruiz-Gallardón, que ayer no quiso hablar de su futuro tras los cinco minutos de silencio que el Ayuntamiento guardó en Cibeles, se situó de forma violenta en esa línea de narración el pasado 15 de enero al lanzar el órdago de que dejaría la política tras el 9-M al conocer su exclusión de las listas al Congreso. Aquel día la presión de Esperanza Aguirre influyó decisivamente en la decisión de Rajoy de marginar al alcalde más votado de la historia de Madrid. Días después, él mismo matizó su postura y dejó un margen de reflexión tras las elecciones. Ahora, parece que "se quedará si le dejan gestionar la ciudad, que es lo que mejor sabe hacer", según un colaborador cercano. Ese "si le dejan" tiene que ver con Esperanza Aguirre y las trabas que la Comunidad puede imponer en el desarrollo de algunos proyectos que tiene pendientes Gallardón. El primero: el eje Prado-Recoletos. El Ayuntamiento ya ha presentado su proyecto, pero a la Comunidad no le gusta (en petit comité dicen que tal y como está no lo aprobarán de ninguna manera) y propone la realización de un túnel por debajo de Alfonso XII para aliviar el tráfico. Aunque la opción del Ayuntamiento ya contempla ese extremo con la reducción de carriles. En suma, en un mes, cuando termine el periodo de alegaciones, se encontrará el alcalde con la primera prueba.

La derrota de Rajoy, maquillada por el ascenso en votos y en escaños del PP en todo el país, y la arrolladora victoria del PP en Madrid (que en la capital ha subido tres puntos respecto a las últimas elecciones generales pese a que Gallardón no ha participado en la campaña) configuran un escenario poco halagüeño para las aspiraciones del alcalde. La tesis de algunos sectores afines a él es que, puestos a perder, mejor una derrota contundente que regenerara el partido y diese cabida a opciones centristas. En el actual escenario, Aguirre -los suyos empezaron ya ayer a afilar los cuchillos-, sale reforzada ante una posible sucesión y control del partido.

"No tomará ninguna decisión a cortísimo plazo. Pero el escenario no es el mejor para él, a menos que el partido haga una lectura de la situación que no hizo el 14-M de 2004", explica un político cercano al alcalde.

Otro de los plazos apuntados para tomar "la decisión" es la resolución de la candidatura para organizar los Juegos Olímpicos de 2016. El empeño casi personal del alcalde por lograr ese objetivo le mantendría en el puesto hasta, al menos, 2009. Pero ésa es otra posibilidad que nadie sabe a ciencia cierta. "Creo que seguirá. La sorpresa sería que se fuera. Nadie en la Comunidad pondrá trabas en proyectos que están en el programa electoral del PP. Es absurdo pensar que eso pueda suceder", explica un concejal.