El petróleo condiciona a la Bolsa

La Bolsa española vivió ayer una sesión muy agitada, de la que los observadores habituales extrajeron toda clase de interpretaciones.

El Ibex 35 terminó la jornada ajustando en buena parte su trayectoria a la del conjunto de los mercados de valores, lo que supuso perder el 0,29% para cerrar en 12.655,00 puntos.

La apertura al alza en solitario y con el precedente del recorte de casi el 2% en la Bolsa de Tokio, se interpretó como una tímida celebración de la continuidad política que ha traído consigo el resultado de las elecciones.

En un mercado global, sobrevivir en solitario es demasiado complicado y muy pronto el Ibex 35 comenzó a perder altura, aunque siempre manteniendo una clara diferencia con el resto de las plazas europeas.

Fueron la apertura de la Bolsa de Nueva York y la evolución de los precios del petróleo los que, finalmente, marcaron la pauta de los mercados financieros, provocando nuevos vaivenes.

El precio del barril de petróleo alcanzaba en algunos momentos los 107,85 dólares en el mercado estadounidense, mientras que en Londres el petróleo Brent superaba la barrera de los 104 dólares por barril.

Con estos datos en la mano, los inversores tenían muy claro lo que va a deparar el futuro inmediato en materia de inflación y lo que eso va a significar con vistas a la evolución de los tipos de interés, al menos en Europa, pues en Estados Unidos se especulaba con una "rebaja sorpresa" por parte de la Reserva Federal antes de la reunión oficial, rumor que tenía como base los problemas de liquidez de una entidad financiera.

Los vaivenes del Ibex 35 le llevaron hasta una ganancia del 1,13% y a una pérdida del 0,94%. Esta última le acercó al nivel de los 12.500 puntos, pero el mercado parecía empeñado en destacar algunas diferencias.

Las diferentes alternativas que registró el mercado no hicieron, sin embargo, subir el nivel del negocio.