Vergara muestra la vertiente humana de los 'maquis'

En 1949, Remedios Montero se echó al monte para convertirse en guerrillera, en estéril luchadora contra el fascismo. Su aventura duró tres años que, sumados a los ocho que pasó en prisión y los 12 que permaneció exiliada en Praga, resumen la vida de una resistente al régimen de Franco.

La vida de Remedios Montero, que ahora tiene 81 años, la cuenta Pau Vergara en Memorias de una guerrillera, la película que se estrena hoy en Valencia. "Estamos en un momento histórico en el que es muy importante rescatar voces como la de Remedios, darles la oportunidad de que cuenten su historia", dice el director valenciano, que mezcla en su cinta el documental y la ficción para trazar un retrato intimista de aquellas mujeres que pelearon por unos ideales que se antojaban imposibles.

Con guión del escritor Alfons Cervera y del propio Vergara, Memorias de una guerrillera se aleja del formato típico del documental para apostar por una historia ficcionada que "acaba comiéndose" a la parte más realista. De hecho, Cervera y Vergara no pretenden ser objetivos, sino que "la gente que nosotros queríamos que hablara cuente las cosas", explica el escritor. Así, el filme muestra, más que la vertiente mítica de unos personajes que "no tenían nada de héroes", en apreciación de Cervera, la vertiente humana de esos perdedores que esperaban en el monte el fin de la Segunda Guerra Mundial y el empujón de los aliados para la caída definitiva de Franco.

A Vergara, lo que más le impresionó de los testimonios de Remedios Montero o de Florián García, su marido, fue "la frialdad con la que recordaban su pasado". Una frialdad que se torna candidez cuando la película transita por el territorio de la ficción, que interpretan, dando vida a los guerrilleros, la actriz Pati Martínez y el debutante Javier Galván, un albañil que fue reclutado por casualidad para protagonizar la cinta y que reconoce estar viviendo "un sueño" como actor. El mismo sueño que anhelaba Remedios en el monte.