El Jardín Botánico de Córdoba saca adelante una especie amenazada

Las autoridades aduaneras se incautaron en Barcelona, a finales de 1999, de una partida de esquejes de cicadáceas, en concreto de encephalartos, una planta en peligro de extinción con la que no se puede comerciar a menos que se acredite que no procede de la naturaleza. Esa partida fue cedida al Jardín Botánico de Córdoba. Una encephalartos feroz femenina, fructificó hace un mes.

Los responsables del Botánico de Córdoba no tienen constancia de que se haya logrado algo similar en otro jardín de España. El resultado es una enorme piña de unos 20 centímetros de alto de color naranja.

Este tipo de plantas, que sólo se pueden encontrar actualmente en algunas zonas del sur de África, tiene una antigüedad de unos 200.000 millones de años. "Son coetáneas a los grandes reptiles, los dinosaurios", asegura Esteban Hernández, director del Jardín Botánico de Córdoba. Son muy apreciadas por los botánicos y coleccionistas. Tanto que en el mercado un ejemplar puede llegar a alcanzar un precio de entre "5.000 y 10.000 euros", según Hernández.

Las encephalartos están incluidas en la lista de máxima prioridad de Cites (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres), que tiene como objetivo salvaguardar a las especies en peligro del comercio entre naciones. La partida que llegó al Botánico de Córdoba estaba compuesta por unos 40 ejemplares de 17 especies de encephalartos. Iban destinadas al jardín de Barcelona. Pero el intermediario que las introdujo en España no pudo acreditar la procedencia de las plantas, por lo que finalmente fueron decomisadas en la aduana. Como el propietario no quiso pagar el viaje de vuelta de esquejes a Suráfrica, las autoridades decidieron entregárselas al Botánico de Córdoba.

Los encephalartos son "posiblemente lo más valioso" del centro cordobés, según Hernández. De hecho, a los pocos meses de llegar estas plantas sufrieron un intento de robo.