La policía baraja acusar a los McCann también de simulación de rapto

La tensión entre la policía portuguesa y la familia McCann sigue realimentándose cada día a través de los medios. Ayer, la policía judicial recordó, mediante una filtración al Jornal de Noticias, que los padres de Madeleine, sospechosos de la muerte de la pequeña y de haber ocultado el cadáver, lo son también de simulación de rapto, delito penado con un año de cárcel por la legislación lusa.

El aviso se interpreta como un intento de desactivar el alud de titulares y teorías, más o menos creíbles y sórdidas, surgido estos días: un tipo raro con chaleco reflectante junto al apartamento, accidente y golpe fatal en la escalera, secuestro y abuso sexual, tesis de la niñera rencorosa, insinuaciones del portavoz de la familia contra el primer sospechoso oficial, Robert Murat... La policía insiste en que la tesis del secuestro está descartada, pero admite que aún no sabe cómo murió la niña. Según declaró ayer una fuente anónima a Jornal, la tardanza en conocer el informe del laboratorio de Birmingham se debe a que están analizando unos cabellos hallados en julio detrás del sofá del apartamento: "Esperamos confirmar que pertenecen a Madeleine y conocer si revelan la presencia de sedantes".

La respuesta de los McCann no se hizo esperar: "Kate y Gerry aun creen que Madeleine está viva", dijo el portavoz, Clarence Mitchell. "No hay una sola prueba que demuestre que está muerta", añadió. Mitchell anunció además que los McCann lanzarán muy pronto una nueva campaña para intensificar la búsqueda de la niña; se colocarán fotos de Maddie en los carritos de supermercado de la península Ibérica y los padres darán entrevistas, en Portugal y España, cuando los abogados decidan lo que pueden comentar de la investigación sin contravenir el secreto de justicia portugués.

Mitchell dijo ayer que la familia estudia con toda seriedad las pistas sobre el paradero de Maddie que les envían "médiums y telépatas" internacionales.