"A empezar de nuevo"

La angustia ha dado paso a la tristeza. Durante tres días los vecinos de la comarca de L'Alcalatén han vivido horas de pánico y vigilia. El fuego les ha amenazado por varios frentes. A ellos y a sus bienes. Ayer empezaron a comprobar el desastre.

Los vecinos de Les Useres y Costur, sobre todo, han perdido almendros, algarrobos, masías, animales... Sebastian Deschants y Lisbeth Vranken han perdido mucho. El fuego ha truncado la que empezaba a ser su nueva vida. Pero las llamas no han podido con su voluntad. Hace ocho meses, a sus 30 y 25 años, decidieron dejar su rutina de empleados de una multinacional en Bruselas, vender "todo lo que tenían" y trasladarse a vivir en el campo y del campo en el pequeño municipio de Les Useres. Allí, habían adquirido una masía y la agricultura empezaba a ser su medio de vida. Los algarrobos les proporcionaban comida para los animales: dos caballos, dos cerdos, cuatro gallinas, dos ocas... Mientras, la producción de los olivos les servía para la elaboración de aceite de oliva y la de los almendros, para la venta de la cosecha, lo que suponía su único ingreso. Cuatro o cinco algarrobos y una veintena de olivos es lo único que les queda. El fuego acabó con lo demás. El martes tuvieron que abandonar su casa, ante el asedio de las llamas. Ayer pudieron regresar. El fuego no entró en la vivienda pero en ella apenas se habían instalado con lo necesario, ya que la mayoría de sus muebles, su ropa y sus recuerdos de familia se encontraban en un camión del que sólo queda un amasijo de hierros. "Con ramas y con la manguera intentamos apagarlo, pero no fue posible", relató ayer Sebastián, quien aún se mostraba optimista después de encontrar a sus dos caballos, que habían huido. "Vamos a seguir aquí", aseguró. "Poco importa lo que se ha quemado porque no tenemos elección y hemos de empezar de nuevo", dijo.