"París está abierta al arte transversal"

Bouchra Khalili (1975) nació en Casablanca, pero llegó a París de niña y es allí donde siente que está su casa y su espacio como artista. "Con mi trabajo exploro el nomadismo, las fronteras y los límites. Viajo con mucha frecuencia, pero vuelvo a París para concentrar y montar todo el trabajo. Es el sitio perfecto para poner todo en su sitio y hay muy buenos espacios para exponer".

Geográficamente Khalili se ha movido con su cámara por el norte de África y el sur de España -"he intentado captar cómo los españoles ven a los marroquíes y viceversa, el espectador nunca sabe dónde estoy rodando, parece un laberinto"-, pero quizá es en cuestión de género donde cuesta más ubicar el trabajo de esta artista. "Documental, videoarte o videocine, lo mío es un poco de todo esto. Mi trabajo se exhibe en cines y también en centros de arte", explica. Y en esto radica, según dice, el carácter único de la capital francesa: "La gente en París entiende la transversalidad de géneros. Hay público para este tipo de trabajos y desde instituciones como Cinemátique Français se promueven los vínculos entre el documental y el cine experimental. París está abierta al arte transversal, es un sitio perfecto para quienes trabajamos en el límite de varias disciplinas", asegura. Los prohibitivos costes de alquiler de espacio no la intimidan: "Sí, es caro, como lo son también Londres o Nueva York, pero Francia es el único país en el que el Estado ha apoyado sistemáticamente l'avant-garde. Conviene recordarlo".