La poesía atravesada por la penuria

Otra más alta vida (1919), el libro de poemas que escribió el padre de Antonio Gamoneda y con el que el poeta aprendió a leer, fue lo que le acercó ayer hasta la Universidad de Alcalá de Henares para recoger el Premio Cervantes 2006 y disertar sobre la influencia de la pobreza, de la adversidad, en la obra de los escritores que la han padecido.

La ceremonia se desarrolló siguiendo las pautas que marca el protocolo. Entraron los Reyes con el premiado en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares; con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y la ministra de Cultura, Carmen Calvo. El coro de la Universidad cantó a cappella el Gaudeamus igitur, lo que provocó miradas cómplices entre el responsable del Ejecutivo y su esposa, Sonsoles Espinosa, que asintió con una sonrisa a la actuación de sus compañeros de profesión. Zapatero, admirador de la poesía de Gamoneda por ser "auténtica, intensísima, a veces desgarradora y siempre emocionante", inició ayer con el poeta la lectura pública del Quijote en el Círculo Bellas Artes de Madrid.

Antonio Gamoneda (Oviedo, 1931) recibió el premio de manos del Rey: una medalla acreditativa y una estatuilla (el premiado recibe una dotación económica de 90.430 euros), lo que provocó cierto sonrojo en su rostro. Tras saludar a los asistentes se dirigió a la tribuna, donde comenzó a leer un discurso de 11 folios dedicado a la pobreza que ha condicionado su vida y su escritura. Sus palabras, profundas e intensas, hicieron que durante la lectura del texto su voz se quebrase. "Estaba muy emocionado. Estaba diciendo cosas muy duras que me han perseguido a lo largo de mi existencia. Situaciones que son complicadas", apuntó luego Gamoneda.

El poeta se refirió a sus orígenes. "Vengo de la penuria y del trabajo alienante. Mis fuentes, en lo que concierne al saber, a la vigilia de la sensibilidad y al acendramiento de la conciencia, son de baja extracción". Habló de la "cultura de la pobreza" y dijo que él es "un caso mínimo y ocasional". En 1936, en la casa de Antonio Gamoneda sólo había un libro y fue en él donde aprendió a leer. Aparecieron entonces y a través de las palabras del poeta los duros momentos vividos en España durante la Guerra Civil y los años posteriores para todos aquellos que carecían de recursos. "Mi primera información sobre la vida civil consistió en advertir la terrible represión en el barrio más tristemente obrero de León, y al día siguiente de cumplir 14 años, a la cinco de la mañana yo estaba cargando carbón en la caldera del Banco Mercantil mientras que, a esa misma hora, mi madre inclinaba más de la cuenta su cabeza sobre una máquina Singer".

Con la humildad que le caracteriza a este hombre autodidacto, con una cultura alejada de las universidades, se preguntó quién es él al lado de François Villon, César Vallejo, Miguel de Cervantes o Luis de Camões. Al poeta le acompañaron en el festejo del Cervantes escritores como Luis Mateo Díez y Gustavo Martín Garzo. Gamoneda, que no había vestido chaqué hasta ayer, se mostraba exultante. "No sabía ni cómo colocarme la corbata, el chaleco y toda la parafernalia que lleva este atuendo. No es más que un complemento que tiene poco que ver con mi vida diaria". Ayer, Gamoneda cuando leía su texto se acordó de sus padres. "Ninguno de ellos podría imaginarse el futuro de su hijo". Junto a él se encontraban su esposa, sus hijas y su nieta Cecilia, a la que dedica su último poemario.

En su particular homenaje al autor del Quijote se refirió a su obra creativa y dijo de él que fue "quien encendió la poesía en el interior del discurso narrativo y dio cuerpo a las revelaciones más bellas, más increíbles y ciertas surgidas de la lengua española. Cervantes es el origen de la novela moderna, y lo es porque instaló bien instalada la poesía moderna en el seno de la narratividad... Desde la pobreza y a través de la prosa, Cervantes es uno de los creadores, el más importante en la lengua española, del pensamiento poético moderno y de su realización en el lenguaje".

Carmen Calvo repasó la bibliografía del poeta y dijo que al igual que Cervantes "comparte una biografía llena de dificultades y marcada por el sufrimiento". Los poemas de Gamoneda, en palabras de la ministra, "están habitados por personas humildes, por gentes sencillas que vibran en sus desvelos, en sus desgracias y en sus dichas y que nos enseñan lecciones de vida. Frente a la banalización, Gamoneda impone la palabra exigente, la belleza que en su máxima expresión de sufrimiento humano nos ofrece el mayor consuelo".