Pino Lancetti, diseñador de alta costura

El diseñador de moda Pino Lancetti había nacido el 27 de noviembre de 1928 en Bastia Umbria. Era conocido como el sastre pintor, pues en su juventud estudió Bellas Artes en la Academia de Pintura de Perugia, y ya muy joven se trasladó a Roma, que se convirtió en su ciudad. Lancetti era estrictamente contemporáneo con otros grandes de la moda italiana que emprendieron la singularización de sus sellos a partir de los años sesenta y setenta, como Valentino Garavani y Giorgio Armani, aunque se decantó enseguida por cultivar una clienta exclusiva y de élite a la que imprimía originales detalles que iban más allá de la costura, como fue en 1963 cuando lanzó por primera vez para la mujer una línea militar que fue enseguida admirada y copiada por norteamericanos y británicos.

Sus estampados inspirados en obras de arte se hicieron muy famosos en una época en que se amaban a la vez los colores planos del arte geometrista y los grandes dibujos florales. Esta idea de asociar tejidos exquisitos con arte culminó en 1986 con su colección inspirada por Picasso y que se presentó con gran éxito mediático en la Academia Francesa de Villa Medici.

Siempre pendiente de la imagen, Lancetti usó para sus campañas a las mejores y más solicitadas modelos del mundo como Naomi Campbell, Carla Bruni, Yaasmet Gauri, Karen Mulder y hasta una jovencísima Kate Moss. También hizo innumerables vestuarios para cine, entre ellos el de Joan Collins en La coyuntura (1965), especialmente vanguardista.

La lista de sus clientas en el ya muy conocido atelier situado en el primer piso de un histórico palacio barroco en el número 93 de la Plaza de España romana, es impresionante; le eran fieles Audrey Hepburn, Soraya, Paola de Lieja, Silvana Mangano, Monica Vitti, Annie Girardot, Giulietta Massina, Farah Diva, entre otras celebridades y actrices de cine.

A partir de 2000 Pino Lancetti reordena su casa de costura y lanza dos líneas de alto prêt-à-porter, tal como él mismo declaró entonces "más adecuados a los tiempos que corren, a las necesidades del mercado y a la competitividad de los precios"; su nombre volvió a aparecer en las revistas de moda y en Estados Unidos, donde era valorado especialmente, se alentó a esa resurrección estética y empresarial. Al mismo tiempo, otorgó varias licencias con su nombre en los complementos, y se volvió a hablar de su capacidad innovadora, su sentido de la elegancia y su precisión en los entalles y cortes.