Levante y Zaragoza se tienden la mano en un entretenido duelo táctico

Se tendieron la mano el Levante y el Zaragoza tras un ejercicio que se repartieron como buenos hermanos. De inicio asustó el Levante, que con su ataque realizó una tarea defensiva tan efectiva que evitó de un plumazo las fórmulas ofensivas rivales. Contrarrestó el Zaragoza al retocar sus líneas y dar un paso adelante. Pero todos pecaron de falta de puntería y se contentaron con lo mínimo. El Levante no está para tirar cohetes si se atiende a la tabla; el Zaragoza, apocado y con Diego Milito en el banco, miró de reojo los cuartos de la Copa ante el Barça, duelo a la vuelta de la esquina. Aunque fue un empate a nada, fue, tácticamente, una igualada entretenida.

Aplicado en los vídeos, el Levante desdibujó al contrario desde su sistema táctico. Con una segunda línea plagada de efectivos, ensanchó el campo y tiró de los extremos. Solución que le resultó de rechupete hasta los últimos metros, donde el Zaragoza se defendió con uñas. Aunque Kappo y Ettien salieron airosos en infinidad de ocasiones al retar a sus marcadores, toparon con las coberturas del central más próximo y las correcciones del sitio de Zapater, que resultaron igualmente providenciales. Las carreras de los extremos del Levante, sin embargo, no sólo resultaron un abanico de oportunidades ofensivas, sino que también menguaron el ataque del Zaragoza, que entiende su fútbol de dos maneras. Bien con las diagonales de sus interiores, que juegan a pie cambiado; bien con las incursiones de sus carrileros. Así, timoratos ante el espacio que dejaban a su espalda, los laterales blanquillos apenas se prodigaron en ataque.

Pero sacó la lengua el Levante, angustiado de correr en ambas direcciones, y el Zaragoza, que juntó sus líneas y optó por lanzar balones desde el medio a los movimientos de sus puntas, casi lo aprovecha. Erraron varias ocasiones Ewerthon y Sergio García. Pero también acertó la zaga del Levante. A veces, con un paso hacia adelante y otras hacia atrás. Cuando lo daba al frente, el balón se perdía en las manos o pies de Molina, siempre atento, libre del equipo. Cuando lo daba hacia atrás, Alexis descolgado, aprovechaba que los delanteros del Zaragoza no buscan las prolongaciones. Entre otras cosas, porque si no está Diego Milito, el equipo, por arriba, resulta indolente. El Levante logró un palo a pies de Riga. El Zaragoza malogró varias ocasiones. Empate a cero; igualada entretenida.