España pone en evidencia sus desajustes

Para una selección que defiende el título mundial, el primer partido no suele resultar fácil. España entró en competición en Alemania y evidenció que hay todavía muchas cosas por ajustar tanto en su línea defensiva como en el ataque. La selección de Pastor no funcionó. Jugó mal, pero algunas de sus individualidades acabaron por concretar una victoria sobre Egipto que puede valer su peso en oro en la segunda fase. De la mano del técnico serbio Zivkovic, Egipto se ha convertido en un equipo potente y capaz de ofrecer sorpresas en los torneos internacionales. Algunos de sus jugadores, como los laterales El Ahmar y Zaky, han mejorado su técnica individual hasta el punto de sorprender con sus lanzamientos: por debajo, desde los 9 metros en suspensión, entrando a los seis metros. Y tácticamente, el equipo ha fortalecido su defensa, habitualmente en 6-0 y muy dura, y ha establecido esquemas sencillos pero eficaces en ataque. Pero la distancia entre España y Egipto sigue siendo abismal. Y si ayer los africanos consiguieron mantenerse por delante en el marcador hasta los 47 minutos, fue más por los errores de todo tipo en ataque y los huecos defensivos que dejó el equipo español que por sus méritos. España tuvo que encomendarse a las paradas de Hombrados, muy inspirado, a los contraataques certeros del extremo Davis y a la eficacia demostrada del pivote Uríos.

El equipo no funcionó. No cumplió la mayoría de los pequeños objetivos que se plantea Pastor en cada partido, y no aprovechó las superioridades. Le falta rodaje. "Le iremos cogiendo la medida al torneo con el tiempo; cada vez jugaremos mejor", asegura Pastor. Lo más positivo del debut fue que, aún jugando tan mal, España ganó a un rival con serias opciones de clasificarse para la segunda fase si mantiene el nivel que ayer demostró.