Móviles virtuales para bajar los precios

Movistar, Vodafone y Orange ya no están solas. Al pastel de un negocio que mueve 18.000 millones de euros al año le han salido nuevos comensales. Los cuatro primeros en llegar han sido Yoigo, Happy Móvil, Carrefour Móvil y Euskaltel Móvil, y para este año se esperan al menos otros tres.

Su estrategia está basada en el marketing ya que la mayoría de ellos no tienen red y utilizan la infraestructura de los operadores establecidos. Así que estos revendedores

conocidos como operadores móviles virtuales (OMV) utilizan como arma comercial planes de precios sencillos y baratos: una sola tarifa para todas las llamadas, a todos los teléfonos y a cualquier hora del día.

Su estreno en el mercado español ha supuesto una revolución. No sólo por sus ofertas, sino por las contraofertas que han obligado a hacer a las compañías existentes.

Yoigo, de la operadora sueco-finlandesa TeliaSonera, se ha comprometido a desplegar una red propia en todo el territorio nacional

La que ha causado más revuelo es Yoigo, la empresa controlada por la operadora sueco-finlandesa TeliaSonera, que se ha comprometido a desplegar una red propia en todo el territorio nacional, aunque por el momento utiliza también la de Vodafone para garantizarse cobertura nacional. Yoigo se estrenó el 1 de diciembre y espera acabar el 2007 con 350.000 abonados.

The Phone House tiene también claros sus planes. La mayor cadena de venta de móviles de España, con 400 tiendas, ha lanzado Happy Móvil, una marca diseñada especialmente para los más de cuatro millones de inmigrantes que hay en España. Para ello, centra su oferta en tarifas que van desde los 5 a los 18 céntimos por minuto en llamadas a Latinoamérica y entre 8 y 20 céntimos a Europa del Este.

Carrefour Móvil basa su oferta en el poder que le dan sus 153 hipermercados y 78 supermercados. El grupo francés, que usa la red de su compatriota Orange, arrancó el 27 de octubre, y ya tiene 40.000 clientes.

Por su parte, Euskaltel inició su negocio de móviles el 11 de diciembre únicamente en el País Vasco. Pero su estreno no pudo ser más conflictivo ya que se ha lanzado a una guerra comercial y legal por los 450.000 clientes que se disputa con su antiguo aliado Orange.

La llegada de los nuevos operadores es vista con recelo por los operadores históricos, que temen una fuga de sus clientes de prepago. Dicen que no todo el ahorro que prometen es real. Por lo pronto, no tienen planes de números frecuentes (los más baratos) y siguen aplicando la práctica del redondeo. Y como no tienen red, tampoco tienen que invertir, por lo que el desarrollo tecnológico de la telefonía de tercera generación podría resentirse en los próximos años.