Más de 500 figuras y 8.000 miniaturas

Hay casas en las que la Navidad se vive todo el año, y no en un sentido metafórico. En la de Alberto Sánchez, un restaurador de la localidad granadina de Pinos Puente, estas fechas siempre están presentes. Desde hace décadas, junto a sus hijos, Sánchez prepara un belén que ha cobrado un importante prestigio no sólo en el pueblo.

Cada mes de diciembre, paseantes y medios de comunicación miran a la modesta casa de Alberto, ubicada a la entrada de la localidad, junto a la carretera. Frente a ella, en una pequeña nave, la familia Sánchez expone un belén con más de 500 figuras y unas 8000 miniaturas.

Pero si por algo se hecho famoso el belén de Alberto Sánchez es por su capacidad inventiva y por sus constantes recursos técnicos. Gran parte de las figuras permanecen en movimiento. Desde un hombre que trabaja haciendo toneles a varias personas que pisan uvas, un tiovivo, niños que saltan a la comba, humo que sale de las chimeneas, hasta la Virgen meciendo al niño. "Menos las figuras, todo es real, pero a pequeña escala. El césped es natural y hay que regarlo y el vino que sale de los toneles es de muy buena calidad. Cuidamos todos los detalles", afirma su autor, que reconoce haber tenido una importante ayuda de su familia y de su amigo Manuel Ropero.

La joya de este belén es un pequeño afilador cuya máquina desprende chispas. "Es un efecto muy difícil de conseguir. Me llevó semanas de trabajo", afirma. Además, el belén consta de una serie de complejos efectos especiales, como el cambio de clima. "Nunca dejamos de trabajar para mejorar cada año", concluye Sánchez.